COMPROMISOS – El presidente de China, Xi Jinping, utilizó la Cumbre del Clima celebrada en Nueva York como plataforma para anunciar un compromiso inédito: la reducción de entre un 7 % y un 10 % de las emisiones de gases de efecto invernadero de su país para el año 2035. Se trata de la primera vez que Pekín fija un objetivo intermedio más allá de la meta de neutralidad de carbono para 2060.
El mandatario detalló que, junto a este recorte, China planea multiplicar por seis la capacidad instalada de energías renovables —solar y eólica— respecto a los niveles de 2020. Además, se acelerará el despliegue de vehículos de emisiones cero, con la meta de que al menos la mitad del parque automotor nacional cumpla con esos estándares hacia 2040.
Si bien el anuncio fue recibido con optimismo, también generó dudas entre expertos y líderes de países más vulnerables al cambio climático. Organizaciones como Climate Action Tracker señalaron que, aun con estas medidas, China seguiría siendo el mayor emisor global durante al menos la próxima década, lo que pone en riesgo el objetivo internacional de limitar el calentamiento a 1,5 °C.
Xi defendió la posición china subrayando que “cada nación debe asumir responsabilidades proporcionales a su nivel de desarrollo” y reclamó más financiamiento climático por parte de los países industrializados. Recordó que China ya es líder mundial en la producción de paneles solares y turbinas eólicas, y aseguró que el país seguirá reduciendo su dependencia del carbón, aunque sin plazos para eliminarlo por completo.
La comunidad internacional valoró la señal política, especialmente en un contexto de tensiones comerciales con Estados Unidos y la Unión Europea, que acusan a Pekín de subsidiar de manera desleal a su industria verde. Con esta jugada, Xi busca mostrar a China como un líder en la transición energética global, mientras refuerza su influencia en las negociaciones de la COP30, donde se espera un debate intenso sobre equidad, financiamiento y compromisos diferenciados.