AMENAZA ECOLÓGICA EN NORDELTA – Los carpinchos (Hydrochoerus hydrochaeris), emblemas de la fauna autóctona de Nordelta, enfrentan una nueva y grave amenaza. Un grupo de vecinos denunció que la especie está sufriendo ataques sistemáticos por parte de perros asilvestrados, poniendo en riesgo a las crías en esta época de parición.

La situación fue advertida por los Vecinos Autoconvocados, quienes aseguran que la presencia de las jaurías se ha vuelto crítica, afectando no solo a la fauna sino también a la seguridad humana.
Silvia Soto, vocera de la agrupación ‘La Voz de los Carpinchos’, dialogó con Noticias Argentinas y describió el drama. «Los persiguen, los acosan», indicó, señalando que la principal preocupación es la caza de los recién nacidos, ya que «ahora es época de parición». La vocera señaló un área lindera a una conocida estación de servicio como uno de los principales focos de peligro, donde a estos perros «los están dejando circular».
La agresión no se limita a la fauna. Los perros, que «no se muestran, están escondidos y salen repentinamente», también representan un riesgo para las personas que pasean a sus mascotas. Soto relató casos de vecinos que «han huido y se han refugiado adentro de un auto» para evitar ser atacados.
La prueba más contundente del accionar de las jaurías fue el reciente hallazgo de restos de una pata de carpincho, un hecho que ha generado profundo malestar y sospecha entre la comunidad. «No sabemos si es un cebo para que los perros cacen carpinchos o si es el resto de un carpincho que se comieron», manifestó Soto.
¿Método de «control poblacional»?
La continuidad del problema, a pesar de las denuncias, lleva a algunos vecinos a especular sobre las verdaderas razones de la inacción. «La introducción de estos perros parecería ser una forma de control poblacional, algo que sería peligroso, ya que podría escalar a alguna tragedia», advirtieron.
Los carpinchos son una especie protegida por la Ley Nacional 22.421 de Conservación de la Fauna. Ante la persistencia de la situación, los Vecinos Autoconvocados presentaron denuncias formales ante el centro de monitoreo de la Administradora de Nordelta, la oficina de Zoonosis de la Municipalidad de Tigre y la fiscalía de Benavídez, sin que hasta el momento se haya logrado detener los ataques.
Medidas judiciales y de protección
El reclamo por el maltrato a la fauna ya había llegado a la Justicia, que dictó medidas cautelares de cumplimiento inmediato. La resolución del Juez Guillermo Daniel Ottaviano, del Juzgado Civil y Comercial Nro. 13 de San Isidro, busca revertir el deterioro ambiental que, según la Asociación Vecinal Nordelta, ya causó la muerte de 46 carpinchos en los últimos seis meses por atropellamientos y desmontes.
Los puntos clave de la cautelar
Las resoluciones judiciales más importantes son:
Suspensión inmediata: Prohibición de toda obra o actividad que altere, dañe o destruya los humedales y la fauna silvestre de la zona.
Veto al control químico: Prohibición de aplicar métodos invasivos, como la castración química (inyecciones anticonceptivas), o cualquier otra forma de control que atente contra la fauna.
Restricción ambiental: Prohibición de realizar fumigaciones que dañen el ambiente en la zona de humedales del Delta del Río Paraná.
El plan integral exigido
La organización «La Voz de los Carpinchos» exige, además de la aplicación de las cautelares, un plan integral que contemple la recomposición del hábitat natural con zonas verdes seguras, la creación de corredores biológicos y la colocación de carteles con limitaciones de velocidad. También piden la remoción de cercos eléctricos y la creación de un centro de rescate y asistencia para la fauna.
