«YA NO SABEMOS QUÉ MÁS HACER» – Días atrás, la redacción de El Diario se comunicó con una vecina, quien manifestó el calvario que se está viviendo en el barrio donde vive. Los vecinos están viviendo una situación desesperante ante una ola de hechos delictivos que no cesa. “Una semana tras otra, estamos siendo víctimas de robos, entran en las casas, nos roban, nos hacen sentir desprotegidos”, asegura una residente del barrio, quien prefiere mantener su anonimato por razones de seguridad.
La situación se ha tornado insostenible para los habitantes, quienes relatan un constante clima de angustia. «La semana pasada, tres delincuentes entraron en la casa de una vecina. La maniataron y le robaron todo. Pasaron varias horas hasta que ella logró desatarse sola y pedir ayuda a los vecinos. Lamentablemente, a pesar de las denuncias constantes y las reuniones con autoridades locales, los delincuentes siguen impunes».
Ante la falta de respuestas concretas, los residentes han decidido alzar la voz. «Hemos tenido reuniones con Rocío, que está a cargo de la seguridad, y nos prometieron cámaras de seguridad, pero hasta ahora no hemos visto cambios significativos», comenta. La falta de acción de las autoridades los llevó a recurrir a un móvil de televisión para dar visibilidad a la problemática.
Tras lo ocurrido, un puñado de vecinos decidió convocarse el día viernes 17 de enero, para realizar una movilización y poder darle mayor visibilización al reclamo. «A las 18.00, nos convocamos en la intersección de San Juan y Félix Pagés, desde donde caminaremos hasta la Comisaría de Maschwitz. Ya no sabemos qué más hacer. Estamos cansados de la indiferencia y la falta de respuestas. Si no nos movilizamos, no nos van a escuchar”, expresa un vecino con visible frustración.
A pesar de que recientemente se ha intensificado la presencia de móviles del COE y del patrullaje policial del municipio, los habitantes del barrio aseguran que los delitos siguen ocurriendo. «Los patrullajes siempre estuvieron, pero los robos no cesan. No alcanza con ver una patrulla pasar, necesitamos respuestas reales», afirma.
La situación en Las Glorias es un claro reflejo de la creciente preocupación de los vecinos por la inseguridad que afecta a Escobar. La comunidad, ya agotada, ha decidido tomar cartas en el asunto, confiando en que su movilización pueda generar el cambio que tanto reclaman.
«Lo único que nos queda es alzar nuestra voz y que nos escuchen. Queremos vivir tranquilos, no queremos seguir siendo víctimas», concluyó con esperanza en que la protesta logre frenar esta ola delictiva que azota a su barrio.