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lunes, febrero 10, 2025
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    Vecinos cansados: Loma Verde, una ciudad que florece sólo para algunos

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    Vecinos oriundos de la ciudad de Loma Verde, se comunicaron con la redacción de El Diario de Escobar manifestando su enojo por una situación crítica debido a la falta de atención por parte de la municipalidad en lo que respecta a la infraestructura vial. Los vecinos, cuentan que con cada reclamo, lo único que reciben como respuesta es la indiferencia. Por dichos motivos, solicitaron a este medio de comunicación como último recurso para poder alzar la voz y expresar su frustración ante la imposibilidad de realizar mejoras en la calle Los Tilos, ubicada entre Los Cerros y Los Manantiales.

    La situación se agrava por el constante paso de vehículos a altas velocidades, lo que ha llevado a un ambiente de inseguridad y malestar. Uno de los vecinos, que prefirió mantenerse en el anonimato por cuestiones de seguridad, compartió su experiencia: “No podemos estar afuera, vuela mucha tierra. Tampoco se puede colgar ropa, tenés que tener toda la casa cerrada. No podés recibir a nadie, no podés estar ninguna mañana tranquilo y tirarte un ratito en el parque porque te tapa la tierra”, expresó con mucho pesar. Esta situación ha llevado a muchos a sentirse atrapados en sus propios hogares, sin poder disfrutar de su entorno.

    Los reclamos realizados ante la Municipalidad de Escobar han sido en vano. “Cualquier reclamo que se hace, nos responden que no tienen materiales para arreglar las calles, ni tampoco para hacer los reductores de velocidad”, lamentó.

    Sin embargo, la contradicción se hace evidente cuando se observa que en otras áreas, como en las cercanías de los barrios privados, las calles están debidamente señalizadas y cuentan con reductores de velocidad. “Estamos cansados, porque en la única zona que están los caminos marcados, señalizados y con reductores de velocidad son las entradas a los countries. Pero los que vivimos afuera, nos sentimos desamparados”, agregó.

    La situación se complica aún más cuando los vecinos intentan tomar medidas por su cuenta. “Cuando nosotros hacemos lomos de burro, al otro día pasan las máquinas y para eso sí tienen combustible. Mandan las máquinas de manera inmediata, para retirar las lomas de burro”, remarcó. Esta respuesta rápida contrasta con la falta de acción para mejorar las calles, lo que ha llevado a los residentes a cuestionar la equidad en el trato que reciben.

    Los vecinos también han señalado que existe una clara disparidad en la atención que reciben según la ubicación. “El problema es que en el resto de las calles, están llenos de lomos de burro, pero no les dicen nada porque ahí vive gente importante que pertenece al municipio”, afirmó. Esta percepción de favoritismo ha generado un sentimiento de injusticia entre los residentes, quienes sienten que sus derechos no son respetados.

    Además, la situación se ha vuelto tan tensa que algunos vecinos han optado por no realizar reclamos por miedo a represalias. “Ya hasta incluso nos ha pasado que si reclamamos, luego nos llega un ajuste por otro lado. Hay una parte mafiosa en la cual si haces un reclamo o colocas un reductor, te pueden multar”, explicó. Este clima de temor ha llevado a muchos a resignarse ante la falta de soluciones.

    Cabe mencionar que el problema principal con el cual se excusan desde el municipio es la «escasez de recursos», que también se ha hecho evidente en la falta de mantenimiento de las calles. “El regador pasa esporádicamente, cuando uno reclama que pase más seguido, nos dicen que la máquina está rota. Es decir, tenemos una sola máquina de riego en todo Loma Verde, y si se rompe, pasamos semanas con las calles sin regar”, agregó.

    Por dichos motivos, la comunidad de Loma Verde continúa luchando por sus derechos y por un entorno más seguro y habitable. A pesar de los obstáculos, los vecinos están decididos a seguir reclamando mejoras en sus calles, con la esperanza de que sus voces sean finalmente escuchadas. La situación se agrava con el mal estado de las calles, que presentan desniveles de hasta 5 centímetros, lo que dificulta la salida de los vehículos. «Nosotros ponemos plata de nuestros bolsillos para rellenar nuestras entradas, pero luego las máquinas vuelven y lo arruinan todo», explica un vecino frustrado.

    Los reclamos en la Unidad de Gestión Comunitaria (UGC) tampoco han dado resultados. «Cuando hacemos lomos de burro, al día siguiente pasan las máquinas para retirarlos, pero no para arreglar las calles», precisó. Además, como explicamos anteriormente, muchos vecinos temen hacer reclamos por miedo a represalias, como multas inesperadas.

    Los residentes de Loma Verde exigen respuestas y soluciones concretas a sus problemas, ya que se sienten desamparados y sin voz ante la municipalidad. «Estamos cansados y no sabemos a dónde más recurrir», afirman, con la esperanza de que su situación sea escuchada y atendida luego de darle visibilidad ante este medio de comunicación.

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