ESCENOGRAFÍA, TELARAÑAS Y SUSTOS – Claudia, vecina del centro de Ingeniero Maschwitz, transformó su hogar en una verdadera atracción para grandes y chicos con una decoración casera que ya es sensación en redes sociales.
A tres cuadras de la plaza central, sobre la calle Paso, vive Claudia, una vecina que se ganó la admiración del pueblo por su creatividad y entusiasmo. Cada año decora su casa con motivos de distintas fechas, pero esta vez el espíritu de Halloween se llevó todas las miradas.
“Me gusta todo lo que es decoración para los chicos. Tengo un nietito que va a cumplir siete años y todos los años le decoro porque le encanta”, contó en diálogo con El Diario de Escobar.
Su frente, dividido en dos sectores, combina humor, ingenio y un toque espeluznante. “De un lado tengo el tema de las brujas, con una bruja grande, una olla de hierro con burbujitas y unas manitos que hice con cemento. Todo lo hago con materiales reciclados: ropa vieja, telas y cosas que junto del barrio. Del otro lado está el cementerio, con un cajón hecho de cartón, esqueletos vestidos, y una muñeca colgada en una hamaca”, describió entre risas.
Además, agregó un detalle que hizo reír a todos los que pasaron por su vereda:
“Uno de los esqueletos está brindando con una latita de cerveza, y otro tiene mi vestido de novia”, bromeó. A la noche, las luces verdes y rojas completan el ambiente: “De noche queda más feo lindo”, dice entre carcajadas.
La vecina contó que muchas personas se acercan a sacarse fotos, e incluso los autos frenan para felicitarla. “Pasan, me gritan cosas lindas, paran a sacar fotos. Es re lindo ver a los chicos sonriendo”, aseguró.
Claudia no solo se destaca en Halloween: en Navidad también decora su casa y ya fue reconocida por su creatividad. “El año pasado hice un Papá Noel que subía al techo por la chimenea, y me dieron una mención especial”, recordó orgullosa.
Este viernes, durante la celebración de Halloween, la vecina volverá a abrir las puertas de su casa con sorpresas para los más chicos: “Voy a tener golosinas, pochoclos y también frutas para los nenes que no pueden comer dulces. Vamos a estar hasta las seis, y después salgo con mis nietos a recorrer el pueblo”.
Antes de despedirse, Claudia dejó un mensaje simple y claro:
“El que no le gusta, se respeta. Es solo una manera divertida de compartir algo con los chicos”.