GENERAL RODRÍGUEZ – El joven de 25 años fue atacado por tres hermanos, dos de ellos menores, al ir a entregar una pizza. Sufrió una «feroz golpiza» y le robaron el vehículo de trabajo.
Un brutal episodio de violencia se desató en la localidad de General Rodríguez cuando un repartidor de 25 años fue atacado con un machete y golpeado salvajemente por tres personas, dos de ellas menores de edad. Los agresores, tres hermanos, fueron detenidos por las autoridades.
El hecho ocurrió en una vivienda de la calle Arroyo Dorado, adonde el repartidor acudió para entregar un pedido de pizza. La investigación, a cargo de la fiscal Alejandra Piqué (Fiscalía Nº 6 de Moreno-General Rodríguez), indica que el ataque se originó por una negativa de la víctima.
La secuencia del ataque y el robo
Al llegar al domicilio, el mayor de los hermanos, identificado como K. L. M., le habría exigido al repartidor que lo trasladara a unas cuadras para comprar drogas.
Ante la rotunda negativa del joven:
Ataque con Machete: K. L. M. lo atacó con un machete, golpeándolo en la cara a la altura del ojo derecho, lo que provocó que el repartidor cayera de la moto.
Golpiza Salvaje: En ese momento, las dos hermanas menores de Montoya, de 15 y 17 años, se sumaron a la agresión, propinándole una «feroz golpiza» entre los tres.
Robo: Los agresores no solo lo atacaron físicamente, sino que le robaron la moto con la que trabajaba, el celular, la billetera y $20.000 en efectivo.
El joven, que sufrió graves lesiones, debió permanecer internado varios días. Tras recuperarse, brindó su testimonio en sede judicial, lo que permitió a la fiscalía ordenar los allanamientos.
Detención y calificación legal
Las autoridades detuvieron a K. L. M. y a la adolescente de 17 años (J.S.M.). La menor de 15 años fue trasladada a un instituto debido a su inimputabilidad legal, quedando con una medida de seguridad restrictiva.
K. L. M. y la adolescente de 17 años están acusados de robo agravado por haber sido cometido con arma, en poblado y en banda, y por la participación de menores de edad en el hecho.
La víctima, que pudo narrar el calvario vivido, continúa recuperándose de las serias secuelas físicas y emocionales que le dejó la brutal agresión.