Manos anónimas ingresaron recientemente en el recinto, que es de público acceso, y se llevaron dos imágenes de vírgenes y un crucifijo. No hay denuncia policial hecha.
En diálogo con este medio, Monseñor Adrián Guedes, de la Parroquia San Expedito Mártir de Garín, enumeró las figuras faltantes: se llevaron la Virgen de Caacupé, patrona del Paraguay, junto con sus vestimentas, una corona y cabello natural que había sido traído en procesión por Susana, la esposa del Comandante Mayor de los Bomberos Voluntarios de Tigre. Robaron también la Virgen de Itatí, venerada por el pueblo correntino en nuestro distrito, y finalmente también la cruz aportada por la Fundación Obra del Padre Mario Pantaleo, la cual acompañaba a la efigie del Padre Mario.
“Tenemos la promesa desde hace más de 25 años que las puertas de la iglesia no se cierran, porque esta es la Casa de Dios. Todo el tiempo están abiertas para todo aquel que quiera arrodillarse ante el Señor, y a pesar de todo van a seguir abiertas”, dictaminó Monseñor tras lo ocurrido.
Cabe señalar que no se trata del primer robo que sufre la iglesia ubicada en la calle Mendoza de la localidad de Garín, sino que tiempo atrás se habían llevado una urna de bronce que estaba destinada a los restos mortales del Arzobispo Tenca Rusconi de San Fernando de la Buena Vista. “Sus restos iban a ser trasladados aquí, y se adquirió una urna antigua que había pertenecido a la familia del General Las Heras, y que teníamos justamente para recibir esos restos. Fue también robada”.
Intentando explicar la motivación de los oportunistas, acerca de los objetos sustraídos Monseñor consideró que “o los ponen a la venta, o algún otro culto los usa para alguna otra cosa, desconociendo que es un elemento de nuestro culto, de nuestra fe, de nuestra tradición apostólica, que está consagrado y no les va a servir, porque está bendecido para el bien, y no para el mal”.
Asimismo, aclaró que la denuncia no fue radicada, con motivo de que “habiendo tantos vecinos que demandan seguridad y ven sus casas violentadas, no vamos a molestar a la Policía, con toda la tarea que tienen, porque sería perjudicar al vecino. Lo nuestro es un pequeño hurto de alguien sin conciencia, que no comprende que muchos vienen a arrodillarse, a pedir por su salud, trabajo, pan y por la unión de la familia, y que tienen su fe puesta en esos santos”.
“Ojalá que se conviertan, y que si las tienen en sus casas, que les recen. Ojalá que vuelvan arrepentidos o que, al menos, les prendan una velita y les digan ‘Madre de dios, ruega por mi familia’”, cerró.