INDUSTRIA EN RETROCESO – La industria manufacturera argentina registró en agosto de 2025 señales de debilidad, según el informe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), que reportó una caída interanual del 1,2% y advirtió sobre la posibilidad de que el sector atraviese una nueva fase recesiva. Los rubros más afectados fueron automotriz, minerales no metálicos y autopartes. El cemento, por su parte, registró su segunda caída anual consecutiva, con retrocesos en despachos y ventas a la construcción privada.
La industria metalúrgica también mostró retrocesos: el indicador de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA) marcó una baja del 6,1% interanual y del 2,3% respecto de julio, acumulando en 2025 apenas un 1,6% de crecimiento. El sector se encuentra un 17% por debajo de sus niveles históricos, con caídas más severas en autopartes (-12,6%), fundición (-14,4%) y bienes de capital (-8,1%). La utilización de la capacidad instalada descendió al 44,8%, reflejando la subocupación de la planta productiva y la debilidad de la demanda interna.
Desde febrero, FIEL sostiene que la industria entró en su fase recesiva número 12 desde 1980, con una caída acumulada del 6% en los últimos meses. Aunque menor al promedio de contracciones previas —24,7% en seis meses—, la combinación de consumo débil, inversión privada escasa e incertidumbre macroeconómica genera riesgos sobre el mediano plazo. En términos desestacionalizados, la producción mostró un repunte mensual del 1%, tras dos meses consecutivos de caída, aunque este rebote no modifica la tendencia general de estancamiento.
Otros informes, como el de Orlando Ferreres, muestran un crecimiento interanual de 1,7% en agosto y un acumulado anual de 2,5%, con un avance mensual del 1,1%. La diferencia de indicadores refleja variaciones metodológicas, pero coincide en que la recuperación sostenida aún no se consolida. La desigualdad interna es marcada: algunas provincias logran eficiencia en costos, mientras otras exhiben sobreprecios y baja competitividad, afectando la rentabilidad y la inversión.
La producción automotriz mostró retrocesos significativos por la caída de la demanda interna y problemas de abastecimiento de autopartes. Según analistas, el enfriamiento industrial anticipa un posible ingreso de la economía en recesión en la segunda mitad de 2025, afectada por el apretón monetario, tensiones cambiarias y la incertidumbre política.
Expertos coinciden en que revertir el estancamiento requiere estímulos fiscales a sectores estratégicos, mejoras en infraestructura, acceso a crédito productivo y un marco macroeconómico estable que genere confianza para invertir y producir. La industria, que representa cerca del 15% del Producto Interno Bruto y emplea a millones de personas, enfrenta un momento crítico: caída de producción, baja utilización de capacidad instalada y escasa inversión limitan las perspectivas de crecimiento.
En conclusión, la actividad industrial exhibe señales claras de estancamiento. Metalurgia, automotriz, autopartes, cemento y minerales no metálicos muestran retrocesos interanuales, mientras que alimentos y bebidas registran incrementos menores. La recuperación dependerá de una gestión eficiente del Estado, inversión privada y estabilidad macroeconómica, condiciones clave para revertir esta fase recesiva y fortalecer la competitividad del país.