Por Alejandro Cancelare.
La primera semana de enero fue una verdadera síntesis de lo que es el país y de la grieta que sacude a todos sus sectores.
Mientras que en las calles porteñas se expresaban las organizaciones sociales y los activistas del Partido Obrero por segunda semana consecutiva contra los nuevos ajustes previstos en las tarifas de energía, el gobierno mostraba su segunda semana consecutiva de calma, con todos los parámetros económicos ajustadas a sus expectativas.
El nivel de reservas a lo largo y ancho del país es récord y si bien siempre serán “vacaciones gasoleras”, la gente está en ese modo: vacación.
Los medios se desviven llenando páginas con presunta información, que no es más que un raconto de opiniones a dirigentes que por supuesto tienen un interés determinado para tal o cual decisión. Desde un adelantamiento electoral hasta para la unidad del arco opositor.
Lo real y concreto está en otra parte. Como por ejemplo, en el pequeño comercio, manejado por una pareja de jubilados que ahora, por primera vez, necesitarán de un crédito del ANSES para subsistir en su cotidiana actividad porque las ventas se desplomaron o los costos le subieron por encima de sus previsiones.
Semanas atrás, Jorge Macri, el primo del presidente e intendente de Vicente López había planeado un “puente” para ayudar a los pequeños y medianos comerciantes a cruzar esta complicada situación social hasta que la recuperación aparezca, si es que lo hace.
El primo Jorgelanzó una serie de beneficios impositivos y de cobertura médica para los jubilados y estudiantes, como así también para los comerciantes de su distrito. El puede hacerlo. Su presupuesto lo habilita. Pero, al parecer, con un solo puente no alcanzará.
Por lo menos los oficialistas de Cambiemos tuvieron mejores reflejos que en el pasado, donde con sus reclamos en contra de los aumentos le dieron argumento a los opositores para radicalizar su discurso. Esta vez, Elisa Carrió y los radicales mantuvieron un prudente silencio, a pesar que piensen que son desproporcionados.
Mientras tanto, el oficialismo sigue adueñándose de la agenda política con esta supuesta discusión acerca del posible desdoblamiento electoral en la Provincia de Buenos Aires, algo que no comparten ni Macri ni Marco Peña. Todo se definirá iniciado el mes de marzo.
Pero al peronismo, en todas sus formas, se le llenó la cocina de preguntas. ¿Cuál sería la mejor respuesta que pueden presentar si efectivamente se separan las fechas electorales provinciales? ¿Dejarán a un dirigente menor a cargo de la campaña para todos acordar nacionalmente? ¿Valdrá la pena una pelea provincial de importancia entre distintos sectores que luego no puedan congeniar en octubre?… Y cada lector, por supuesto, podrá agregar un interrogante más a los aquí planteados.
Para colmo, los que dicen querer ayudar no lo hacen. Sino pregúntenle a Sergio Massa lo que piensa de Alberto Fernández, que no dudó en emparentar en deseos y proyectos al ex intendente de Tigre con su antigua jefa presidente, CFK.
O la foto de un supuesto “comando” de conducción peronista que manifiesta preocupación por el cronograma electoral mientras sus legisladores participan de cuanta reunión oficial haya para discutir esto que les provoca tanta incertidumbre.