El Gigante de Arroyito fue escenario de un encuentro cargado de emoción, intensidad y buen fútbol. Por la octava fecha del Torneo Clausura, Rosario Central y Boca Juniors empataron 1-1 en un cruce que dejó momentos de alto voltaje, con la apertura del marcador a cargo de Sebastián Battaglia para el Xeneize y una joya inolvidable de Ángel Di María, quien convirtió un gol olímpico que desató la locura de la parcialidad canalla.
El partido comenzó con Boca más firme, presionando en campo rival y aprovechando la movilidad de sus volantes. A los 23 minutos, Battaglia apareció en el área para conectar un centro preciso y poner el 1-0 parcial, dándole al equipo visitante una ventaja que parecía encaminar el trámite. Los dirigidos por Diego Martínez mostraban solidez en defensa y efectividad en los metros finales.
Sin embargo, Rosario Central nunca se resignó. Empujado por su gente, el equipo rosarino fue creciendo en intensidad y buscó la igualdad con insistencia. El premio llegó en el complemento: a los 61 minutos, Di María sorprendió a todos con un gol olímpico desde el córner derecho. El remate, cargado de efecto y precisión, superó la estirada del arquero de Boca y se incrustó en la red, provocando un estallido en las tribunas.
El empate le dio más ritmo al partido: Boca intentó reaccionar y volvió a acercarse con peligro a través de Cavani y Medina, mientras que Central buscó aprovechar la velocidad de sus extremos para lastimar de contra. Ambos equipos tuvieron chances claras en los últimos minutos, pero la falta de puntería y la seguridad de los arqueros terminaron sellando el 1-1 definitivo.
Más allá del resultado, el encuentro dejó señales positivas: Central se mantiene fuerte en su casa y mostró carácter para revertir la adversidad, mientras que Boca, pese a no poder sostener la ventaja, evidenció un funcionamiento colectivo que ilusiona de cara a lo que viene.
El empate en el Gigante refleja la paridad del torneo y alimenta la expectativa de una competencia cada vez más pareja, donde cada punto puede ser determinante en la pelea por el título. El gol olímpico de Di María, en tanto, quedará como la postal de una noche vibrante que se recordará mucho tiempo en Rosario.