SALUD MENTAL – La reciente y trágica muerte de una paciente internada por salud mental en el Hospital Erill de Belén de Escobar, quien decidió quitarse la vida, ha puesto de manifiesto una vez más la delicada y compleja situación del sistema de salud mental en la Provincia de Buenos Aires. Este lamentable suceso, que conmocionó tanto a la comunidad local como al personal sanitario, impulsó una reunión urgente entre la comisión directiva del gremio Cicop y la dirección del Hospital Erill.
La reunión, marcada por la tragedia, reveló una realidad alarmante: el Hospital Erill se ha convertido en el último eslabón para pacientes con padecimientos de salud mental que no encuentran abordaje adecuado en dispositivos intermedios. Con trece pacientes actualmente internados bajo esta condición, el hospital se ve forzado a asumir una carga que, según Cicop, debería ser responsabilidad compartida por la sociedad y el Estado en un marco de atención integral y comunitaria.
Las preguntas que resuenan desde el gremio son contundentes: ¿Se cuenta con el espacio físico y el personal profesional idóneo y suficiente para la complejidad que suponen estas patologías? ¿Qué riesgos se están asumiendo, no solo para los pacientes con sufrimientos mentales, sino también para el resto de los internados y para los trabajadores del hospital? Estas interrogantes no solo apuntan a la situación particular del Erill, un hospital provincial, sino que invitan a una reflexión más amplia sobre el cumplimiento de la Ley Nacional de Salud Mental Nº 26.657, a la cual la Provincia de Buenos Aires adhirió mediante la Ley 14.580 en 2014.
La Ley de Salud Mental y su desafío en la implementación
La Ley Nacional de Salud Mental, un hito en la materia, establece un marco de derechos que prioriza la atención en el ámbito comunitario y busca la desmanicomialización progresiva, es decir, el cierre de los hospitales psiquiátricos monovalentes y la integración de la salud mental en los hospitales generales. La normativa enfatiza la importancia de los dispositivos intermedios (casas de medio camino, centros de día, cooperativas, etc.) como pilares fundamentales para una atención integral y la reinserción social de las personas con padecimientos mentales.
Sin embargo, la realidad expuesta en el Hospital Erill evidencia las dificultades y demoras en la plena implementación de esta ley en la provincia de Buenos Aires. Si bien desde el Ministerio de Salud provincial se han destacado avances en el proceso de desmanicomialización y se ha reconocido el trabajo de la provincia a nivel internacional en este sentido, la situación actual en hospitales generales como el Erill, que se ven desbordados, pone en relieve la falta de infraestructura, personal y recursos suficientes para sostener el modelo propuesto por la ley. La internación, según la normativa, debe ser un recurso terapéutico restrictivo y de último recurso, priorizando siempre la atención en el entorno familiar, comunitario o social.
Presupuesto y recursos: un eslabón fundamental
Uno de los puntos críticos que subyace a esta problemática es el financiamiento de las políticas de salud mental. Organizaciones y especialistas advierten reiteradamente sobre la insuficiencia presupuestaria destinada a este sector. La Ley Nacional de Salud Mental establece que el presupuesto en salud debe destinar un porcentaje específico a salud mental (el 10% del presupuesto total de salud, aunque este porcentaje ha sido objeto de debate y cumplimiento). Sin la asignación de recursos adecuados y sostenibles, es imposible fortalecer la red de atención comunitaria, capacitar al personal, mejorar las condiciones laborales y edilicias, y garantizar el acceso equitativa a tratamientos de calidad.
La presencia de trece pacientes en el Hospital Erill, que no encuentran otro lugar donde ser asistidos, subraya la fragmentación y heterogeneidad del sistema, y la urgencia de invertir en una red de dispositivos de salud mental que abarque la prevención, promoción, tratamiento y rehabilitación, en consonancia con los principios de la ley.
Un llamado a la acción urgente
Ante este panorama, el reclamo de Cicop es ineludible: es imperativo que el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires convoque a una mesa de diálogo urgente con la dirección del Hospital Erill y sus trabajadores. Este espacio debe servir para analizar en profundidad la situación, identificar las falencias estructurales y definir un plan de acción concreto que garantice los recursos y el personal necesario para una atención de salud mental digna y acorde a los derechos humanos.
La trágica muerte de la paciente en el Hospital Erill no debe ser un suceso aislado, sino un punto de inflexión para que las autoridades provinciales refuercen su compromiso con la salud mental, asegurando que la Ley 26.657 y la Ley 14.580 se cumplan plenamente, protegiendo así el bienestar y la dignidad de todas las personas con padecimientos mentales en la Provincia de Buenos Aires. El desafío es enorme, pero la vida de las personas y la calidad de la atención no pueden seguir esperando.
Informe del Cicop
«La reunión estuvo atravesada por la muerte hoy de una paciente de “salud mental” que decidió terminar con su vida desde la ventana del primer piso del hospital en donde estaba internada».
«A día de hoy hay trece pacientes internados bajo la misma condición de salud mental, donde el Erill es el último receptor de quienes no disponen del tratamiento adecuado de parte de establecimientos intermedios, para ser depositados en una cama, asumiendo que en el Hospital se puede hacer cargo de lo que la sociedad y el Estado son incapaces de intervenir».
«¿Se dispone del espacio y personal profesional suficiente para la complejidad que suponen sus patologías? ¿Qué riesgos se asumen para los pacientes de “salud mental”, para el resto de pacientes con quienes conviven y para los y las trabajadores del hospital?», se preguntan desde Cicop.
«Es momento de que el ministerio de Salud se siente a discutir estas cuestiones con la dirección y los trabajadores del hospital», remarcaron.