PLAZA DE MAYO – Este sábado 1° de febrero se llevó adelante en Plaza de Mayo la “Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista”. Entre la multitud un docente del partido de Escobar, José Escobar, fue entrevistado por un medio digital.

Ante la consulta del cronista de por qué estaba en la convocatoria, Escobar manifestó: «Yo soy docente en primer lugar, y nosotros hemos tenido una rebaja del 15% del salario nacional cuando nos sacan el incentivo docente. Segundo, mi compañera, su mamá es víctima del feminicidio. La mataron en el 2016», afirmó refiriéndose a Paula Meléndez, la abuela de 88 años que falleció tras haber sido golpeada, abusada y violada en Ingeniero Maschwitz por un individuo y pelear por su vida durante casi un mes.
Debemos destacar que este 7 de febrero se cumplirán 9 años de ese cruel ilícito, del que aún no se obtuvo justicia.
Continuando con su intervención, José Escobar agregó: «Yo estoy porque el discurso del presidente Milei fue contra las mujeres también, y todos los sectores tendrían que estar uniéndose para de una vez derrotar el plan de ajuste porque se ha tirado contra todos los sectores de la sociedad. Discapacitados, jubilados, trabajadores, ahora las diversidades, de los femicidas. No hay sector de la sociedad que no haya sido atacado por estos tipos, y hoy tiene que ser un puntapié para que toda la población empiece a salir y de una vez por todas frenarlos. Porque no están gobernando, porque muchos se están borrando. Hay muchos acuerdos políticos, entre ellos el de la CGT, que no hace un paro nacional o un plan de lucha como la gente, para evitar los despidos, por ejemplo. Nos están reventando con los impuestos, con todos los servicios, lo que sube el colectivo, el subte, todo eso y nos lo estamos fumando nosotros. Por eso tiene que ser no solamente hacia el gobierno, sino hacia todas las centrales sindicales que mucha palabrita, pero nada en los hechos», concluyó.
El caso Paula Meléndez
La mañana del domingo 7 de febrero del año 2016 Paula Meléndez salió normalmente de su domicilio a realizar algunas compras en un tranquilo vecindario de la localidad de Ingeniero Maschwitz donde residía.
Desde la esquina de su casa, en la calle Las Heras y Santiago del Estero, la comenzó a perseguir un hombre de aproximadamente 30 años, quien insistía a comenzar una conversación.
«Qué linda que sos, te veo y me hacés acordar a mi abuelita», fueron algunas de las palabras que el sujeto expresó. Paula, «Paulita» para sus familiares y amigos, continuó su camino por la calle Santiago del Estero, tratando de ignorar el asedio del acosador.
Pasando la calle Avellaneda, media cuadra antes de Sarmiento, el agresor la abordó violentamente y le propinó una golpiza.
La octogenaria no pudo defenderse, por lo que el depravado la manoseó, le sacó parte de su ropa y abusó de ella.
Una vez saciado su peor instinto el violador le robó sus zapatillas y cien pesos que Paula llevaba en su mano, dándose a la fuga.
Una vez sola y tirada en el piso, un señor que pasaba a metros del lugar escuchó ruidos, y se encontró con un escenario atroz. Paulita llegó a explicarle y pedirle que llame a una de sus hijas, quien estaba a pocos metros del lugar del ataque.
Por las graves heridas fue llevada al hospital Erill de Escobar donde, según denunció la familia, recibió una pésima atención, no siendo cuidada de acuerdo a la gravedad que el caso requería.
Luego de la primera marcha de reclamo Paula pudo ser trasladada al Sanatorio de alta complejidad «La Torre» de Vicente López, donde por primera vez después de casi una semana fue tratada de acuerdo a sus necesidades.
Paula fue intervenida quirúrgicamente para tratar de sanar las heridas provocadas en sus piernas y brazos, donde había perdido carne y piel en la brutal agresión.
Dada su avanzada edad, tras la cirugía tuvo complicaciones por lo que la derivaron a terapia intensiva.
Desde ese entonces su maltratado cuerpo intentó con todas sus fuerzas la recuperación. Si bien Paula estaba consiente, las graves secuelas físicas y psicológicas de lo ocurrido ese 7 de febrero no la dejaban en paz.
Así las cosas, los días pasaron y Paula fue degradándose en su salud hasta que, luego de dos meses y dos días de lucha, su cuerpo dijo basta y falleció.