CONFLICTO – La tensión en Europa alcanzó un nuevo punto crítico tras el derribo de varios drones rusos por parte de la defensa aérea polaca en la madrugada del martes. El gobierno de Varsovia confirmó que los artefactos ingresaron en su espacio aéreo desde la frontera oriental y que fueron neutralizados en maniobras coordinadas con la OTAN. Según el primer ministro Donald Tusk, se trató de “la mayor amenaza a la soberanía nacional desde 1945”, lo que refleja la gravedad de la situación. Moscú, en tanto, alegó que los drones tenían como objetivo posiciones ucranianas y que se desviaron accidentalmente, mientras Bielorrusia insinuó que pudieron haber sido hackeados para provocar un incidente internacional. Este cruce de versiones no impidió que en Bruselas se activaran los protocolos de defensa colectiva previstos en el artículo 5 del Tratado Atlántico, aunque por el momento la Alianza solo resolvió reforzar la presencia militar en las fronteras orientales y preparar un plan de respuesta conjunta. En las calles de Varsovia, la población reaccionó con nerviosismo, recordando los fantasmas de la Guerra Fría. Analistas internacionales consideran que, si bien no parece inminente un enfrentamiento abierto, el episodio deja en evidencia la fragilidad del equilibrio regional y la facilidad con la que un error de cálculo podría detonar un conflicto de dimensiones mayores en pleno corazón de Europa.
Polonia derriba drones rusos y alerta a la OTAN por riesgo de escalada bélica
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