NO QUISO FRENAR, Y TERMINÓ PRESO… – Un operativo policial en Garín derivó en la detención de un joven de 20 años que intentó evadir a la policía mientras conducía una motocicleta con pedido de secuestro activo por robo. El episodio comenzó cuando personal del Comando de Patrullas de Escobar fue desplazado hacia la intersección de las calles Chile y Brasil, alertado por llamados que daban cuenta de un motociclista realizando maniobras imprudentes en la vía pública.
Al llegar al lugar, las sargentos Daniela Chalaliche y Belén Lencina, a bordo del móvil 31.407, identificaron a un joven a bordo de una Yamaha FZ roja. El conductor, lejos de detenerse ante las señales lumínicas y sonoras de los efectivos, aceleró bruscamente y emprendió la fuga, dando inicio a una persecución que se extendió por varias cuadras y culminó en el domicilio del propio involucrado, ubicado en Almirante Brown al 4500, también en Garín.
Durante la huida, el motociclista realizó diversas maniobras temerarias, intentando perder de vista a los patrulleros. Sin embargo, los efectivos lograron mantenerlo a la vista en todo momento y coordinaron con apoyo del personal del Foro Barrial de Seguridad y la Policía Municipal, lo que permitió su detención sin que la situación pasara a mayores. Una vez asegurado, el joven fue identificado como Cantero, nacido el 20 de septiembre de 2004.
Al cursar los datos del rodado por sistema, los uniformados confirmaron que la motocicleta poseía un pedido de secuestro activo desde el 26 de marzo de este año, a requerimiento de la Subcomisaría de Loma Verde, con intervención de la UFI y Juicio Nº 5 del Departamento Judicial Zárate-Campana. En consecuencia, el vehículo fue incautado en presencia de un testigo hábil y Cantero fue trasladado a un centro médico para la correspondiente revisión de rutina antes de ser conducido a la Comisaría Escobar Tercera, donde quedó imputado por infracción al artículo 289 del Código Penal –que sanciona el ocultamiento o tenencia de objetos provenientes de un delito– y por resistencia a la autoridad.
El episodio no pasó desapercibido entre los vecinos de la zona, quienes comentaron que no era la primera vez que veían circular esa motocicleta a alta velocidad por el barrio. Según relató uno de ellos, que prefirió no dar su nombre, “esa moto ya era conocida por acá, siempre andaba haciendo ruido y pasando fuerte, pero nadie sabía que era robada. Igual se notaba que algo raro había”.
Más allá de los hechos concretos, este caso vuelve a poner sobre la mesa una problemática creciente en distintos puntos del distrito: la circulación de motos robadas, muchas veces utilizadas no solo para delinquir, sino también como símbolo de ostentación en determinados entornos juveniles. A menudo adquiridas en el mercado informal, estas motos cambian rápidamente de manos sin papeles y terminan siendo conducidas por personas que, como en este caso, intentan escapar de los controles aun sabiendo que la situación se agravará.
Desde las fuerzas de seguridad advierten que este tipo de situaciones se repite con frecuencia, y que el desafío no solo pasa por interceptar los rodados, sino también por abordar las causas estructurales que empujan a muchos jóvenes a involucrarse con el delito. El caso de Cantero se inscribe dentro de ese contexto, donde la falta de oportunidades y la naturalización de ciertas prácticas ilegales confluyen con una actitud de desprecio por la autoridad.
Mientras tanto, la causa sigue su curso y se espera que en los próximos días el imputado preste declaración ante la fiscalía interviniente. La motocicleta permanece incautada y a disposición de la justicia. La rápida acción policial permitió cerrar el episodio sin consecuencias mayores, aunque con una pregunta que persiste: ¿cuántas otras motos como esta siguen circulando por nuestras calles sin que nadie lo sepa?