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sábado, noviembre 9, 2024
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    Pensar en el abrigo y el juego de los demás

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    Los alumnos de segundo año de la división “A” de la Secundaria del Colegio Manuel Belgrano de Belén de Escobar empezaron el año concretando dos proyectos que prepararon a lo largo del ciclo lectivo 2019, entre otros que también pudieron llevar a cabo durante el año. Uno de estos fue la entrega de juguetes que se realizó el mismo día de reyes, y el otro la entrega de mantitas para los pequeños de neonatología del Hospital Dr. Enrique Erill.

    Los alumnos pensaron estas propuestas en el marco de la materia Construcción de la Ciudadanía, a partir de consignas que disparaban cuestiones que les preocuparan, o en las que sintieran que podían dejar su aporte. De esta manera, todo el curso se puso trabajar en la campaña “No más juguetes aburridos, ni niños sin juguetes”. En esta recolectaron muñecos en buen estado, y también peluches de todo tipo, para los cuales destinaron una zona del salón con el nombre de “Hospital de juguetes”. Allí llevaban los que tenían que ser reparados. “La idea era hacer hincapié en el reciclado, por eso muchos de los peluches se los llevaban, y eran cosidos en las casas”, explicó su profesora Andrea Banfi, con tono entusiasmado y orgulloso de lo que los chicos lograron. “Los chicos ven que no es sólo quedarse en el banco, sino que hay acción”.

    Respecto al proyecto “Cuadraditos de amor” de las mantitas, estas fueron entregadas el año pasado, antes de que terminaran las clases, por lo que un grupo de alumnos pudo asistir a la entrega, y presenciar el agradecimiento de las enfermeras de neonatología. “Estuvo muy lindo porque las enfermeras nos hicieron pasar a visitar, y fue muy interesante la sensibilización en los chicos cuando les hablaron sobre el hospital”, dijo la docente. Las 50 mantitas entregadas para los bebés fueron creadas con más de 1000 cuadraditos, los cuales fueron tejidos por muchas de las abuelas y mamás de los chicos. La profesora también quiso agradecer a Las Compasionistas de Escobar porque fueron el vínculo entre los chicos y el hospital, además de colaborar mucho en el proyecto. De esta manera, el aula se hizo parte de la comunidad: “Ellos tienen mucha emoción, porque sienten que lo que hicieron sirvió en algo concreto”.

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