DIPLOMACIA – El presidente francés, Emmanuel Macron, encendió las alarmas en la arena internacional al anunciar que las sanciones de Naciones Unidas contra Irán podrían ser restablecidas en cuestión de semanas. La advertencia llega tras el fracaso de las últimas negociaciones entre Teherán y las potencias europeas, que buscaban evitar la reactivación automática del mecanismo de “snapback” previsto en el acuerdo nuclear de 2015.
Según Macron, Irán no cumplió con las condiciones mínimas exigidas, entre ellas permitir inspecciones sin restricciones en sus instalaciones nucleares y reducir sus niveles de enriquecimiento de uranio. “La paciencia se ha agotado. Si no hay avances inmediatos, las sanciones volverán a estar vigentes”, declaró en París tras una reunión con la canciller alemana.
El anuncio generó reacciones inmediatas. Desde Teherán, el canciller iraní calificó la medida como “una provocación” y sostuvo que su país no cederá a “chantajes occidentales”. Mientras tanto, Estados Unidos respaldó la postura francesa, reforzando la presión sobre el régimen iraní, aunque algunos analistas señalan que Washington busca evitar una escalada militar directa en el Golfo Pérsico.
Las posibles sanciones incluyen restricciones financieras, embargos de armas y limitaciones al comercio de petróleo, un golpe sensible para la economía iraní, ya castigada por la inflación y la devaluación de su moneda. Expertos advierten que el retorno a un escenario de sanciones globales podría profundizar la crisis interna en Irán y generar protestas sociales como las vividas en 2022. En paralelo, Israel celebró el anuncio de Macron y aseguró que “la presión internacional es la única vía para contener la amenaza nuclear iraní”.
