EN EL DÍA DE LA MUJER, EL DIARIO ENTREVISTÓ A UNA DESTACADA VECINA – En el marco del Día Internacional de la Mujer, hemos tenido el placer de entrevistar a Laura Ferrari, una mujer que ha dedicado su vida a ayudar a los demás a través de su trabajo en la cooperadora del Hospital Zonal Dr. Enrique Erill de Escobar. Laura, de 72 años, nació en la maternidad del Hospital Materno Infantil Ramón Sardá de Capital Federal y ha vivido gran parte de su vida en Escobar. Trabajó durante muchos años en la fábrica de cerámica Abraxas y luego se dedicó a ser auxiliar farmacéutica. Sin embargo, su verdadera pasión es ayudar a los demás. Hace 25 años que se integra a la cooperadora del hospital, donde trabaja de manera voluntaria y sin recibir ningún sueldo.
Pero retomando a lo que fue su historia en nuestro distrito, Laura declaró: «Primero viví en Estrada y Mitre, que le decían el conventillo del turco. Ahí viví unos años. Y a los cinco años, mis padres hicieron la casa donde actualmente vivo, así que hace 67 años que vivo acá en la calle Estrada, cerca de la colectora. Fui a la Nacional 38, era en este momento, que ahora creo que es provincia de Salta. Y después hice secundario en el Belgrano. Mi papá, Pedro Ferrari. Fue sereno durante muchísimos años en la estación de servicio de Nóvile y Parola, donde ahora está punto cero, creo que es, acá en Tapia de Cruz y Bernardo de Irigoyen. Mi madre, María Esther Cuello, oriunda de Rosario. Ella nació en Córdoba y después vivió en Rosario, donde siguieron viviendo mi familia, está toda en Rosario. Tengo un hermano, un hermanito, mayor, 85 tiene mi hermanito», bromeó.
En lo que respecta a su trabajo previo al que se desempeña ahora, también contó detalles de lo que fue trabajar en la fábrica de cerámica. «Se hacían piezas de cerámica para electricidad, ahí trabajé. Y después, bueno, llegó el amor, que después fue desamor, pero en el momento fue amor. Me casé muy joven y tengo mellizos, que con 21 años tuve los mellizos, un varón y una mujer, Lorena y Ariel, que son la luz de mi vida. Tengo dos nietos. De Ariel tengo un varón llamado Tomás, de 22 años, y de Lorena, una princesa, que es Valentina, de 25 años. Luego fui auxiliar farmacéutica durante también mucho tiempo, me dediqué a eso. Después estudié un montón de cosas, tenía en ese momento una persona que me mantenía. Entonces estudié, me dediqué a estudiar un montón de cosas, estudié francés, ayudante de farmacia, cosas que siempre me gustaron. Y ahora hace mucho tiempo estoy adentro de la cooperadora».
A la hora de hablar específicamente sobre su trabajo en el Hospital de Escobar, es necesario destacar que lo hace por amor y pasión ya que no cobra un sueldo por su tarea desempeañada. «Lo hago porque me gusta», dice Laura. «Me gusta ayudar a la gente y que la gente nos ayude a nosotros. Me encanta. Porque uno tiene una satisfacción propia que es difícil de explicar».


Durante su tiempo en la cooperadora, Laura ha vivido momentos muy emotivos, como cuando se logró obtener un tomógrafo para el hospital después de mucho esfuerzo y dedicación. «Cuando llegó el tomógrafo era algo que estábamos tocando el cielo con las manos», recuerda Laura. «Fue un momento muy emocionante y gratificante».
A pesar de su dedicación y esfuerzo, Laura no tiene sueños pendientes en la vida. «Estoy feliz con lo que tengo», dice. «Tengo mis hijos sanos, gracias a Dios, y es lo que más me interesa. Mis nietos, por supuesto».
En el Día Internacional de la Mujer, Laura quiere enviar un mensaje a todas las mujeres que están ayudando a los demás en su comunidad. «Quiero saludar a todas las mujeres que están haciendo un gran trabajo», dice. «Gracias por todo lo que hacen. Feliz día».
Laura Ferrari es un ejemplo inspirador de dedicación y servicio a la comunidad. Su trabajo en la cooperadora del hospital es un testimonio de su compromiso con ayudar a los demás y hacer una diferencia en su comunidad.