COPA LIBERTADORES – River Plate se prepara para un duelo de altísimo voltaje en los cuartos de final de la Copa Libertadores frente a Palmeiras. Marcelo Gallardo, fiel a su estilo innovador, analiza la posibilidad de repetir la variante táctica que utilizó en el triunfo reciente contra Estudiantes, una disposición que sorprendió y potenció el funcionamiento del equipo. El cuerpo técnico quedó conforme con la prueba y ahora evalúa aplicarla en un escenario internacional de máxima exigencia.
En el partido por el torneo local, Gallardo decidió modificar el esquema tradicional, apostando por mayor flexibilidad en el mediocampo y una línea defensiva más dinámica. La idea fue darle al equipo mayor solidez en la recuperación, pero al mismo tiempo abrir caminos para explotar las transiciones rápidas hacia el ataque. El resultado convenció: River fue más compacto, presionó alto y logró cortar los circuitos rivales sin perder claridad ofensiva.
De cara al choque con Palmeiras, esta disposición podría repetirse, con dos cambios en la formación inicial que el “Muñeco” considera clave. El primero estaría vinculado a reforzar la mitad de la cancha, sumando un volante con más despliegue para equilibrar la presión brasileña. El segundo, en la zona ofensiva, apostando por un jugador más vertical que aporte velocidad en los contragolpes, recurso que será vital ante un rival que suele dejar espacios cuando adelanta sus líneas.
La estrategia tiene una doble finalidad: sostener la intensidad durante los noventa minutos y sorprender a Palmeiras con un planteo que rompa las previsiones. Gallardo sabe que el conjunto paulista es un adversario acostumbrado a estas instancias y que cualquier detalle táctico puede inclinar la balanza. Por eso, la búsqueda pasa por mantener la identidad de River presión alta, movilidad constante y protagonismo, pero con un ajuste que permita mayor solidez defensiva.
En el plantel, la confianza es alta. El triunfo sobre Estudiantes no solo sirvió para sumar en el torneo local, sino también para comprobar que el equipo puede adaptarse a un sistema distinto sin perder agresividad. El Monumental y todo el mundo River ya palpitan una noche copera decisiva, en la que Gallardo, una vez más, planea jugar su propio partido desde el pizarrón.
