TRABAJO ARTICULADO – Tal como adelantáramos en nuestra edición anterior, gracias a un trabajo de dos años de conservación coordinado entre la Municipalidad de Escobar y la Dirección provincial de Fauna, tres coipos y una comadreja con dos crías se incorporaron al ecosistema de la Reserva Natural Educativa de Ingeniero Maschwitz. El operativo se realiza bajo estrictos controles del SENASA y permite a los coipos retomar su rol de «Ingeniero del Ecosistema» en su hábitat natural.

En esta operación -que se denomina translocación porque es un movimiento planificado de especies para fortalecer poblaciones en riesgo- los ejemplares llegaron desde el Hipódromo de Palermo, un espacio poco favorable por su constante flujo de visitantes, la actividad turística y la cercanía al intenso tráfico urbano de las avenidas que rodean al predio.

Desde hace unos días, los coipos, la comadreja y sus crías habitan la laguna de la Reserva, donde conviven aves, anfibios y reptiles. Los coipos son roedores nativos -similares a los carpinchos, pero de menor tamaño- que cumplen una función clave en los humedales: se alimentan de vegetación acuática, lo que impide que el exceso de plantas pudra el agua y ayuda a mantener en equilibrio. Las comadrejas, por su parte, son pequeños mamíferos carnívoros que actúan como controladoras biológicas naturales. Se alimentan de insectos y ratones, vectores de enfermedades virales.
El arribo de estas especies a la reserva beneficia a toda la cuenca del río Luján. Con el tiempo, los coipos seguirán el curso del arroyo Escobar y colonizarán nuevos ambientes en otros arroyos del distrito. Este movimiento natural aporta variabilidad genética a las poblaciones y contribuye al mantenimiento de la salud de los cuerpos de agua a lo largo de la cuenca.
El coipo (nutria)
El coipo es un mamífero roedor semiacuático nativo de Sudamérica. Se asemeja a un castor pequeño, adaptado a la vida en el agua con patas traseras palmeadas que lo hacen un nadador eficiente. Viven en humedales, esteros, ríos y lagunas, donde construyen madrigueras complejas. Su rol ecológico en el Delta y zonas ribereñas como las de Escobar es crucial como por ejemplo:

Herbívoro modelador:
El coipo es fundamentalmente herbívoro. Su constante alimentación de tallos, raíces y hojas de plantas acuáticas, junto con su hábito de excavar madrigueras, actúa como un «ingeniero del ecosistema».
Mantenimiento de canales:
Al excavar y alimentarse, el coipo ayuda a controlar la vegetación y a crear o mantener canales de agua, afectando la estructura del humedal y su capacidad de filtración y desagüe.
La comadreja
La comadreja que habita el Delta bonaerense y las zonas de humedales como Escobar, Tigre o Campana, es la Comadreja Overa (Didelphis albiventris). Es un marsupial nativo clave para la salud y el equilibrio del ecosistema local.
La Comadreja Overa es un animal vital para el ecosistema del Delta y sus alrededores por su dieta y comportamiento. Es omnívora y muy adaptable. Su dieta la convierte en una aliada natural crucial para el control biológico:

Depredadora de roedores:
Se alimenta activamente de ratones, ratas y otros pequeños roedores que pueden transmitir enfermedades a los humanos.
Control de insectos:
Consume una gran cantidad de insectos, arácnidos y moluscos, ayudando a mantener a raya plagas urbanas y rurales como cucarachas y alacranes.
Consumo de carroña:
Ayuda a limpiar el ambiente al consumir restos de animales muertos (carroña).
Dispersión de semillas:
Al consumir frutas y semillas, la comadreja las transporta a través de sus heces a diferentes lugares del Delta. Este proceso de dispersión de semillas es fundamental para la regeneración de la vegetación y el mantenimiento de la biodiversidad de los bosques ribereños y los pajonales.
A pesar de su importante función, la Comadreja Overa suele ser malentendida y temida en zonas urbanas por su aspecto (cola pelada y hábitos nocturnos), que erróneamente la asocian con ratas o roedores.
Marsupial, No Roedor: Es esencial recordar que son marsupiales (parientes del canguro), no roedores. No representan una amenaza significativa para los humanos ni para las mascotas grandes.
Son animales solitarios y de hábitos nocturnos. Tienden a evitar el contacto humano. Cuando se sienten amenazadas, su principal mecanismo de defensa es abrir la boca en señal de amenaza o, de forma más famosa, simular que están muertas (tanatosis).
Su presencia en los límites de ciudades como Escobar o Campana ayuda a mantener un equilibrio natural, regulando poblaciones de insectos y roedores en el entorno periurbano.
En resumen, la comadreja del Delta Bonaerense es un guardián de la salud pública y del ecosistema que merece ser protegido.
Para avistar a los nuevos vecinos, la Reserva se puede visitar de miércoles a domingo de 9.00 a 17.00. Más información en @reservanaturalingenieromaschwitz de Instagram.
