DIPUTADOS – Diputados emitió dictamen favorable a una iniciativa que busca que cualquier entendimiento financiero con Estados Unidos deba tener aval legislativo. El oficialismo rechazó la medida y advirtió que puede limitar la política exterior del Gobierno.
La oposición logró avanzar en la Cámara de Diputados con el proyecto que busca que cualquier acuerdo económico o financiero con Estados Unidos deba ser aprobado por el Congreso antes de su firma.
El texto, defendido con énfasis por el diputado Itai Hagman (Unión por la Patria), establece que ningún compromiso de deuda o asistencia financiera con otro país podrá concretarse sin la intervención previa de ambas cámaras. La propuesta apunta a reforzar el control legislativo sobre los acuerdos internacionales que comprometen recursos del Estado, un tema especialmente sensible en el contexto actual de crisis económica.
Hagman planteó que “la economía argentina no puede pasar a estar tutelada por los Estados Unidos” y cuestionó la posibilidad de un rescate financiero cerrado “a espaldas del pueblo y del Congreso”. “No vamos a aceptar que se hipoteque el futuro del país. Ya lo vivimos en 2018 con el Fondo Monetario Internacional y no vamos a repetirlo”, sostuvo el economista.
El texto propuesto por Kirchner fue acompañado por una amplia mayoría del bloque Unión por la Patria y contó con el apoyo de algunos diputados de bloques provinciales y del radicalismo. Desde esos sectores sostuvieron que la medida busca garantizar “transparencia y soberanía institucional” frente a posibles acuerdos que comprometan el patrimonio nacional.
“El Congreso tiene la obligación de ejercer control sobre cualquier entendimiento que involucre recursos públicos o endeudamiento. No se trata de obstaculizar, sino de defender la institucionalidad”, señaló el jefe del bloque kirchnerista, Germán Martínez.
Desde el oficialismo de La Libertad Avanza rechazaron la iniciativa y advirtieron que “limita las facultades del Poder Ejecutivo” y puede “entorpecer la política exterior”. La diputada Lilia Lemoine calificó el proyecto como una maniobra política y remarcó que “ya existen mecanismos de control parlamentario”.
Con el dictamen firmado, el proyecto quedó en condiciones de ser tratado en el recinto de la Cámara baja en las próximas sesiones. En caso de aprobarse, debería luego pasar al Senado, donde el oficialismo espera frenar o modificar el texto.