La ONU advierte sobre un año récord de desastres naturales

CRISIS – La Organización de las Naciones Unidas emitió esta semana un informe alarmante sobre el aumento de desastres naturales a nivel global, destacando que 2025 podría convertirse en uno de los años más devastadores de la última década. Según el documento, fenómenos como incendios forestales, huracanes, inundaciones y olas de calor extremo se han intensificado, afectando a millones de personas y generando pérdidas económicas que superan los 200.000 millones de dólares. El secretario general de la ONU, António Guterres, enfatizó que “la acción climática urgente no es opcional, es una cuestión de supervivencia”, subrayando la necesidad de que los países implementen políticas inmediatas de reducción de emisiones y adaptación al cambio climático. El informe indica que la región más afectada este año ha sido el sudeste asiático, con lluvias torrenciales que provocaron desplazamientos masivos en Indonesia y Filipinas, mientras que en Europa se registraron olas de calor históricas que aumentaron la mortalidad y generaron crisis energéticas. América Latina también enfrenta desafíos críticos, particularmente en zonas agrícolas que sufren sequías prolongadas, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de millones de personas. Los expertos señalan que el incremento de eventos extremos no solo representa un problema ambiental, sino que también impacta en la estabilidad social y económica de los países, aumentando la migración forzada y generando tensiones geopolíticas. En este contexto, organizaciones internacionales y ONG locales han pedido a los gobiernos la adopción inmediata de medidas de mitigación y resiliencia, incluyendo inversiones en infraestructura verde, sistemas de alerta temprana y políticas de protección social para los sectores más vulnerables. Aunque los compromisos globales de reducción de emisiones buscan limitar el calentamiento a 1,5 °C, el informe advierte que sin una implementación concreta y rápida, el objetivo será inalcanzable. La ONU concluye que, más allá de los acuerdos internacionales, la cooperación entre países, empresas y comunidades locales será crucial para enfrentar la crisis climática y minimizar sus impactos en la población mundial.