DESFILE CÍVICO EN GARÍN – Mediante un comunicado oficial, la Municipalidad de Escobar informó que «denunció a un grupo de jinetes -muchos alcoholizados- por agredir a organizadores del Desfile Cívico del 20 de junio, al querer ingresar al circuito por la fuerza con tropillas, es decir, caballos sueltos. El personal del Municipio, presente en el lugar, intentó explicarles que desfilar con tropillas, en esas condiciones, supone un riesgo para propios y terceros, por la estructura del evento y la gran cantidad de familias presentes, con muchos niños y adultos mayores».
«Cabe aclarar que, al igual que desde hace años, el desfile contó con la participación de agrupaciones tradicionalistas que sí respetaron las reglas, como corresponde. Entre ellos, más de 200 gauchos con sus respectivos caballos, vivados por miles de personas que participaron del evento».
«Los agresores no habían participado de la organización y, como consecuencia, no figuraban en ninguna lista. Anoticiados, su respuesta fue embestir con sus caballos a quienes con sus cuerpos impedían su paso. En ese contexto atacaron también a efectivos de las policías bonaerense y municipal, presentes en el lugar. A partir de testimonios y filmaciones, la Municipalidad pidió a la Fiscalía identificar a este grupo de personas para que sean sancionadas con todo el rigor de la ley».
«La secretaría de Seguridad del Municipio pidió además que “si algún ciudadano hubiere sido víctima del accionar de estos violentos, tanto en sus personas como en sus bienes (como por ejemplo vehículos) pueden realizar su denuncia en la Comisaría de Garín, en la Ayudantía Fiscal, o ponerse en comunicación con el sistema Ojos y Oídos en Alerta», finalizó el informe oficial.

Pedido de disculpas del dueño de la tropilla
En su página personal Juan Pablo Iuale publicó un descargo donde ofrece sus disculpas: “Hoy me tocó vivir una situación que, aunque no fue mi intención, terminó siendo un inconveniente. No pude pasar por un lugar donde el paso con caballos estaba prohibido, y aunque comprendo las reglas, a veces la urgencia, el corazón y la vida de campo nos llevan por caminos que no siempre están marcados.
No busco excusas, solo transmitir que detrás de esa decisión hay historia, esfuerzo y un lazo profundo con mis caballos, con mi tropilla, que no es solo un grupo de animales, sino compañeros de vida, de jornada, de lucha y de libertad.
El que anda con caballos sabe que no todo se planea, que muchas veces se actúa con el instinto y el alma más que con la cabeza. Pero también sé que el respeto es parte de nuestro andar, y por eso hoy quiero pedir disculpas sinceras.
El gaucho se mide por su palabra, por su nobleza y por cómo da la cara cuando yerra. Y acá estoy, con el sombrero en la mano, reconociendo lo que estuvo mal, pero también con el corazón en la mano, queriendo que se entienda que nunca fue por desobediencia, sino por necesidad, por cariño y por el sacrificio que esta vida demanda.
Porque esta vida, la del campo, no es fácil. Se madruga con helada, se anda con el cuerpo cansado y se sigue igual, porque la tropilla espera, porque el deber llama, porque uno es de donde lo crían, y a mí me criaron con caballos, con trabajo y con respeto.
Sepa ustedes disculpar si pasé donde no debía. Le aseguro que mis pasos, aunque errados, llevaban la intención limpia del que solo quiere hacer bien las cosas !
Y QUE NO SE PIERDA ESTA LINDA TRADICIÓN QUE TAN LINDA ES”, concluyó.