AVANCE – Las herramientas basadas en inteligencia artificial están revolucionando el ámbito educativo en todo el mundo. Plataformas que corrigen exámenes, asistentes virtuales que explican contenidos y programas que personalizan la enseñanza ya forman parte del día a día en escuelas y universidades. Sin embargo, el debate sobre los límites éticos y el rol del docente sigue abierto.
Según un informe de la UNESCO, más del 60% de los países miembros ya implementan IA en el sistema educativo, pero sólo un tercio cuenta con marcos legales para regular su uso. En América Latina, los avances son más lentos, aunque varias naciones comenzaron a incorporar inteligencia artificial en la formación docente y en la planificación curricular.
El uso masivo de estas tecnologías también genera preocupación por la privacidad de los datos de los estudiantes y la posible dependencia excesiva de los algoritmos. Especialistas destacan la importancia de combinar innovación con pensamiento crítico y presencia humana en el aula.
Para muchos expertos, el desafío no es detener el avance, sino adaptarlo a las necesidades reales del aprendizaje. En ese equilibrio se juega el futuro de una generación que aprenderá con máquinas, pero deberá seguir pensando como humanos.
La inteligencia artificial redefine la educación y plantea nuevos desafíos
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