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miércoles, abril 23, 2025
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    La comunidad peruana celebró una tradición ancestral en Savio

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    La colectividad peruana compartió su herencia cultural con vecinos y visitantes en una jornada de fe, música y sabores típicos. La ceremonia central, marcada por el corte del árbol adornado, reafirmó la unión entre comunidades y la preservación de tradiciones.

    LA YUNZA: UN ÁRBOL DE REGALOS QUE UNE CULTURAS – El pasado fin de semana, la colectividad peruana de Escobar celebró con entusiasmo y pasión una de sus tradiciones más arraigadas: la yunza. El evento tuvo lugar en Maquinista Savio y reunió a familias y amigos en una jornada cargada de música, danzas, sabores auténticos y espiritualidad. Esta celebración, que se realiza durante los carnavales en muchas localidades del Perú, consiste en adornar un árbol con regalos y derribarlo al ritmo de la música tradicional para que los asistentes se lleven un recuerdo de la fiesta.

    Don Julio Costilla Portocarrero, Presidente de la colectividad peruana, expresó la emoción de compartir estas costumbres fuera de su tierra natal: «Para mí es bonito cultivar fuera de mi país, es emocionante, y aparte mis compatriotas se acostumbraron, ¿no? Este es un clásico, en Maquinista Savio, tanto las fiestas patrias, Santa Rosa de Lima, y por supuesto la yunza, que es carnaval».

    La jornada comenzó temprano con la preparación del árbol que sería protagonista del ritual. Los asistentes se congregaron alrededor del tronco adornado con serpentinas, globos y regalos colgados de sus ramas, a la espera del momento en que la música diera inicio a la ceremonia central. La música no tardó en llegar, con artistas invitados que interpretaron canciones tradicionales de distintas regiones peruanas, creando una atmósfera festiva que transportó a muchos a su tierra natal. «Se hace una ronda y se corta con un hacha, y cantando obviamente con la música tradicional de cada región», explicó Costilla Portocarrero.

    El festejo comenzó con una emotiva Santa Misa, celebrada por Monseñor Adrián Guedes, quien resaltó el valor de mantener viva la cultura y la fe: «Comenzamos con la colectividad peruana, con Julio a la cabeza desde cero, para que haya un lugar de fe, un lugar religioso, donde puedan saludar a nuestro Dios amado». Además, Monseñor Guedes destacó que la iglesia acompaña estas tradiciones, y que muchas personas buscan también recibir una bendición: «Lo rico es que la gente cuando ve a su obispo, a su arzobispo, ve a los sacerdotes, lo primero que hacen es pedir la bendición, y pedir también que se bendigan sus objetos, sus vehículos, y eso es parte del trabajo de la iglesia, parte del trabajo de la colectividad, y parte del trabajo de la vida nuestra como sacerdotes».

    Uno de los momentos más emotivos de la celebración fue la presencia de la madre de Costilla Portocarrero, quien viajó desde Perú para compartir este día especial. «Yo creo que sí, vamos a hacer todo lo posible para que quede mi mamá, y quién no quisiera tener a nuestra madre toda la vida, ¿no? Pero bueno, gracias a Dios tengo la oportunidad de tener a mi mamá acá, y bueno, alegre y contento, y aparte agradecido a todas las personas que están presentes».

    La celebración no solo fue un encuentro de peruanos, sino también un espacio de integración cultural donde participaron personas de Bolivia y otras comunidades. Costilla Portocarrero destacó la hospitalidad argentina: «Lo importante es que Argentina siempre nos ha tratado bien, y pienso que de acá adelante hay que trabajar en nuestra comunidad, que sea algo que sea visto en su cultura, en sus tradiciones». Además, hizo hincapié en el rol de la comunidad peruana en el país: «Cada uno hemos hecho nuestra historia, como persona, y seguramente algunos estamos mejores o peores, pero lo importante es que Argentina siempre nos ha tratado bien».

    La gastronomía fue otro de los grandes protagonistas de la jornada. Los asistentes tuvieron la oportunidad de degustar platos típicos peruanos como el ceviche, la papa a la huancaína, el anticucho y el ají de gallina, acompañados de refrescantes bebidas como la chicha morada y el infaltable pisco sour. «La comida es parte fundamental de nuestra identidad, y qué lindo es poder compartir nuestros sabores con la comunidad argentina y de otros países que hoy nos acompañan», comentó uno de los organizadores.

    El evento contó con la participación de grupos musicales que deleitaron al público con sus interpretaciones, creando un ambiente festivo que se extendió hasta altas horas de la noche. «Como mañana es feriado, hasta las últimas consecuencias, ¿no?», bromeó Costilla Portocarrero, mientras la música y el baile continuaban. «Vamos a tratar que dure hasta las últimas consecuencias, ¿no? A uno de los árboles, ¿no? Para que dure, no más».

    Entre danzas, risas y sabores auténticos de la cocina peruana, la yunza se erigió una vez más como un símbolo de identidad y hermandad. Al finalizar, los asistentes se llevaron consigo no solo los regalos del árbol, sino también el recuerdo de una fiesta que une corazones más allá de las fronteras.

    ¿Qué es la yunza?

    La yunza, también conocida como «corta monte» o «umisha» en algunas regiones, es una tradición festiva de origen andino que se celebra principalmente en Perú, aunque también ha trascendido fronteras y se ha arraigado en comunidades peruanas de otros países, como Argentina. Esta festividad combina elementos ancestrales con influencias coloniales y simboliza la abundancia, la alegría y la unión comunitaria. A lo largo de los años, la yunza ha adquirido características propias en cada región donde se celebra, adaptándose a los contextos locales sin perder su esencia original.

    Orígenes y significado de la yunza

    La yunza tiene raíces precolombinas y está vinculada a los antiguos rituales agrícolas de los pueblos andinos, que celebraban la fertilidad de la tierra y agradecían a la Pachamama (Madre Tierra) por las cosechas y la prosperidad. Con la llegada de los españoles y la posterior fusión cultural, esta celebración adoptó algunos elementos cristianos, dando origen a una festividad mestiza que ha perdurado hasta la actualidad.

    En su esencia, la yunza representa el ciclo de la vida y la naturaleza. El árbol que se planta en el centro de la celebración simboliza la conexión entre el cielo y la tierra, mientras que el acto de cortarlo implica la renovación y el inicio de un nuevo ciclo. Además, es una oportunidad para reforzar los lazos comunitarios, ya que todos participan en un ambiente de alegría, música y danza.

    El ritual de la yunza

    La celebración de la yunza comienza con la instalación de un árbol, que puede ser natural o artificial, adornado con regalos, serpentinas, globos y cintas de colores. Los regalos suelen consistir en productos locales, artesanías o elementos simbólicos que representan la abundancia y la prosperidad.

    Durante la fiesta, se baila alrededor del árbol al ritmo de música tradicional, como huaynos, cumbia o música tropical, dependiendo de la región. Los participantes forman una ronda, tomados de las manos, y giran alrededor del árbol mientras cantan y celebran. A medida que avanza la festividad, se reparte una hacha o machete entre los asistentes, quienes dan un golpe simbólico al tronco del árbol antes de pasárselo al siguiente participante.

    El momento más esperado es cuando el árbol finalmente cae, esparciendo los regalos entre la multitud. Según la tradición, la persona que dé el último hachazo y derribe el árbol será la encargada de organizar la yunza del año siguiente, lo que refuerza el carácter colectivo y cíclico de la celebración.

    La yunza en Argentina: Un puente entre culturas

    En Argentina, la yunza se ha convertido en un símbolo de identidad y pertenencia para la comunidad peruana residente en el país. Con el paso de los años, esta celebración ha encontrado un lugar especial en el calendario festivo de diversas ciudades argentinas, especialmente en barrios con una importante presencia de migrantes peruanos, como Liniers y La Matanza en Buenos Aires.

    La particularidad de la yunza en Argentina radica en su rol como espacio de encuentro y reafirmación cultural. Para muchos peruanos, participar en esta festividad es una forma de mantener viva la memoria de sus raíces y compartir su herencia cultural con las nuevas generaciones y con la comunidad local. A menudo, estas celebraciones se realizan en plazas, clubes o centros culturales, y cuentan con la participación de músicos y bailarines que interpretan danzas típicas peruanas, creando un ambiente festivo y colorido.

    Además, la yunza en Argentina ha adquirido un matiz integrador, ya que no solo participan peruanos, sino también argentinos y personas de otras nacionalidades, quienes se suman a la alegría y al espíritu comunitario de la fiesta. Esto ha permitido que la tradición se enriquezca con nuevos aportes culturales, creando una fusión que refleja la diversidad y el intercambio entre las culturas peruana y argentina.

    Por último es necesario destacar que la yunza es mucho más que una simple fiesta: es una manifestación de la identidad andina y un homenaje a la naturaleza, la comunidad y la continuidad de la vida. Su práctica en Argentina por la comunidad peruana no solo fortalece los lazos entre los migrantes y sus raíces, sino que también contribuye a la diversidad cultural del país, enriqueciendo el tejido social con tradiciones que celebran la alegría, la abundancia y la unión entre los pueblos. Así, la yunza continúa floreciendo como un símbolo de identidad y pertenencia, traspasando fronteras y creando puentes entre culturas.

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