CRISIS POLITICA – Italia atraviesa otra vez un terremoto político. El primer ministro anunció la disolución del Parlamento y la convocatoria a elecciones anticipadas tras semanas de fuertes tensiones internas en la coalición gobernante. Las diferencias sobre el presupuesto nacional, la gestión de la deuda y, sobre todo, la política migratoria, provocaron una crisis de confianza que hizo insostenible la continuidad del gobierno. La decisión fue comunicada en conferencia de prensa, donde el jefe de Estado defendió la necesidad de “devolver la palabra al pueblo” para resolver el bloqueo institucional.
Los comicios fueron fijados para noviembre y ya comenzaron los movimientos en los principales partidos. La ultraderecha, liderada por Giorgia Meloni, busca consolidar el respaldo que viene creciendo en encuestas, mientras el centroizquierda intenta rearmar alianzas para evitar una mayoría conservadora en el Parlamento. Por su parte, el Movimiento Cinco Estrellas atraviesa divisiones internas y se perfila como una fuerza fragmentada.
En Bruselas, la situación se observa con atención: Italia es la tercera economía de la Eurozona y su inestabilidad impacta en el conjunto de la Unión Europea. La crisis migratoria, que ha generado tensiones en el Mediterráneo con países vecinos como Grecia y Malta, es uno de los ejes más sensibles en la agenda común. Analistas señalan que el resultado de las elecciones podría redefinir la relación de Roma con Bruselas, especialmente en materia fiscal y de distribución de fondos comunitarios.
Mientras tanto, la sociedad italiana vive entre el cansancio por la sucesión de gobiernos frágiles y la expectativa de que los próximos comicios otorguen cierta estabilidad. Desde 2011, Italia ha tenido siete primeros ministros, un reflejo de la inestabilidad que se ha vuelto estructural en su sistema político.