MEDIO ORIENTE – El conflicto entre Israel y Hamas volvió a intensificarse con el avance de la operación terrestre israelí en el norte de la Franja de Gaza. En los últimos días, el ejército de Israel ordenó evacuaciones masivas en varias zonas residenciales de Ciudad de Gaza y Jabalia, donde se concentran enfrentamientos y bombardeos constantes. Ante el anuncio, decenas de miles de familias iniciaron un desplazamiento forzado hacia el sur, buscando refugio en campamentos improvisados.
Organismos humanitarios advierten que la situación es cada vez más crítica: se calcula que más de 400.000 personas han abandonado sus hogares en apenas una semana. Sin embargo, la infraestructura en la zona sur no está preparada para recibir semejante flujo de desplazados. Escasean el agua, los alimentos y la atención médica, y hospitales ya sobrecargados advierten que no pueden atender a todos los heridos.
La estrategia israelí apunta a desmantelar posiciones militares de Hamas, pero Naciones Unidas y varias ONG denuncian que los ataques indiscriminados afectan principalmente a civiles. “No hay corredores seguros, la población está atrapada”, alertó la ONU, mientras que la Cruz Roja pidió un alto al fuego temporal para permitir la asistencia humanitaria.
El gobierno de Benjamin Netanyahu, por su parte, sostiene que la operación es “necesaria” para garantizar la seguridad de Israel tras los recientes lanzamientos de cohetes desde Gaza. Funcionarios israelíes insisten en que se trata de una ofensiva quirúrgica, aunque admiten que el contexto urbano complica la identificación de objetivos militares.
La comunidad internacional sigue dividida: mientras Estados Unidos apoya el derecho de Israel a defenderse, voces en Europa y América Latina reclaman moderación y una salida negociada. En paralelo, Egipto intenta mediar para abrir nuevos pasos fronterizos, aunque sin avances concretos. La población gazatí, en tanto, sigue pagando el costo humano más alto, atrapada en un ciclo de violencia que parece no tener fin.
Israel presiona su ofensiva en Gaza mientras la población huye rumbo al sur
