ESCALADA – El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) aprobó una nueva resolución que censura a Irán por no permitir la supervisión completa de sus instalaciones nucleares y por continuar enriqueciendo uranio a niveles cercanos al grado militar. La medida fue impulsada por Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Alemania, que acusan al gobierno iraní de incumplir los compromisos asumidos en el histórico acuerdo nuclear de 2015.
El informe del OIEA sostiene que Teherán acumula ya suficiente material como para fabricar varias armas nucleares si decidiera hacerlo, aunque el régimen insiste en que su programa tiene fines pacíficos y de desarrollo energético. La falta de transparencia, sin embargo, ha encendido las alarmas en la comunidad internacional.
En respuesta, el gobierno iraní denunció una “campaña política” contra su soberanía y advirtió que tomará medidas si las potencias occidentales vuelven a imponer sanciones. La tensión no tarda en trasladarse a la región: Israel reiteró que no permitirá que Irán obtenga capacidad nuclear y dejó entrever posibles acciones militares preventivas.
Mientras tanto, la economía iraní sigue bajo presión. La inflación y las restricciones comerciales golpean a la población, y las protestas sociales por la falta de libertades continúan. Analistas advierten que el aislamiento de Teherán podría empujarlo aún más hacia una alianza estratégica con Rusia y China, lo que alteraría el equilibrio geopolítico mundial.
El futuro del acuerdo nuclear está en vilo, y el mundo vuelve a enfrentarse a la posibilidad de una crisis similar a la de Corea del Norte si las negociaciones fracasan.
