TENSIONES – Irán se encuentra nuevamente bajo la lupa internacional luego de que la International Atomic Energy Agency (IAEA) impulsara una resolución que censura al país por sus actividades nucleares, un paso que podría derivar en la reimposición de sanciones levantadas en 2015. El órgano rector del organismo, integrado por británicos, franceses, alemanes y estadounidenses, aprobó la medida con 19 votos a favor y 12 abstenciones; Rusia, China y Burkina Faso optaron por oponerse.
El gobierno de Teherán respondió cuestionando lo que calificó de «politización» del proceso y simultáneamente anunció planes de aumentar su producción de combustible nuclear, lo que alimenta temores sobre un posible giro hacia armas atómicas.
Varios analistas advierten que el quebranto del acuerdo de 2015 el famoso Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA) podría reabrir la dinámica de confrontación en Medio Oriente, impulsando tanto una carrera armamentista regional como la intervención de potencias externas. La resolución exige además que Irán entregue un informe detallado a la IAEA de aquí a la primavera de 2025, bajo riesgo de sanciones mayores si no colabora.
Desde la óptica geopolítica, el caso muestra cómo un país que apuesta a asegurar su autonomía energética y militar puede convertirse en epicentro de tensiones globales: Occidente busca frenar el avance iraní, mientras Irán insiste en su derecho al desarrollo. El resultado podría modificar alianzas, mercados energéticos y el equilibrio de poder en una región clave para la estabilidad mundial.
Para vos que estudiás política internacional, es un ejemplo clarísimo de cómo una cuestión técnica (centrífugas, combustible, inspecciones) se convierte en una pieza central de la diplomacia, sanciones y estrategia de Estado.
Irán enfrenta nueva presión internacional por su programa atómico
