Como cada 8 de marzo, hoy se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Una jornada distinta, con distanciamiento social, la falta de algunos seres queridos, pero con la misma lucha vigente.
En pandemia, hemos visto como médicas, enfermeras, personal de seguridad, farmacéuticas, biólogas, científicas, cuidadoras y amas de casa, se pusieron al hombro los hogares y trabajos cuando la cuarentena estricta nos tomó de sorpresa.
Estuvieron «al frente de batalla» con alcohol, lavandina y barbijos en mano, cuidando cada integrante de la familia cual «Quijote» contra los molinos de viento (en este caso un virus).
No menos importante fue el rol de «educadoras» que tuvieron que desempeñar con los chicos encerrados, algunas a los ponchazos y bordeando la locura.
En los últimos años, el 8M ha pasado de ser un día de “celebración”, con tarjetas y flores, a ser un mes dedicado a visibilizar la inequidad de derechos entre hombres y mujeres. Y a denunciar las dificultades que muchas de ellas encuentran para desarrollarse plenamente y ser reconocidas en el mundo laboral.
Por todo lo que significan, debemos RESPETARLAS.
¡Gracias a todas!