AMOR Y SOLIDARIDAD – En el marco de una nueva entrega de viandas a vecinos que no la están pasando bien, charlamos con Claudia Sandoval, quien comentó que ayer «fue un desafío muy grande porque al ser locro, sabemos que las cosas están muy caras, entregamos más de 240 viandas. Fueron tres ollas. Pero no sobre todo eso sino que la gente, la disposición, las caras, los mensajes que me llegaban. Nos dijeron que estaba muy rico y llenar los corazones aunque sea un poquito, para mí es muchísimo. Yo no pertenezco a Matheu, soy de Maquinistas Savio, y la verdad que para mí es un privilegio».
La próxima entrega de viandas, «depende cuándo es un feriado. Por ejemplo, creo que en junio, es el 16 de junio, nuevamente entregamos viandas».
Relacionado a esta última entrega, pudieron cumplir con todos. «Fruta, pan casero hecho del día, porque no es que, a ver, todo elaborado, con mucho amor, y nada, ese amor al prójimo que nos llena el corazón y la gente que se va contenta».


«La iglesia nuestra es SM, avenida Sarmiento 131. El departamento que lo hace es Celebremos la Recuperación. La gente que viene no hace falta solamente que sea cristiana, sino hay gente que viene con un corazón dispuesto para poder ayudar al otro, y es bienvenido, gente que son católicas, gente que quizás han tenido problemas con la justicia y todo, pero hoy en día se está insertando la sociedad y nosotros damos esa oportunidad de por lo menos dar un poquito de amor al prójimo y ellos mismos también dan,. Uno recibe por gracia un buen servicio y bueno, y uno lo da también. Y la verdad que es algo muy lindo».
Juntar la mercadería fue un desafío, «la verdad que yo, hasta yo dudaba de mí misma, pero Dios me sorprendió de una manera tan especial. Tuvimos sobreabundante lo que pedimos, se superó y por eso hicimos tres ollas y mira, me llena mi corazón porque hubo gente, hay gente generosa. Yo decía, bueno, hagamos una cosa, vamos a hacer un locro, pero si no llegamos, no importa, vamos a hacer un guiso. La cosa es poder darle algo de comer a la gente. Y, sin embargo, fue mucho más y digo, bueno, no estemos pidiendo la fruta. Las frutas llegaron solas».

«Como todas las veces era fruta, no pedimos nosotros fruta, pero dije, Dios me sorprendió, porque yo no estaba con la fruta. Hicimos el pan casero, también nos dan la harina, la levadura, la grasa, la fruta, todas las cosas, el aceite, la sal, no sé, todo lo que hubo, carne, alguna gente me donaba hasta el dinero para poder ir a comprar, porque la verdad que hay que ir a comprar y era mucha carne, donaron carne porque ahí en Matheu hay gente generosa y han donado carne también».