Con la llegada de las Pascuas, un momento especial que deleita especialmente a los más pequeños de la familia, se revive la tradición de comer huevos de chocolate. Esta delicia, cada vez más popular, ganó terreno en los últimos años y ofreció una amplia variedad de opciones que van desde los clásicos huevos ovalados hasta formas de conejo, mini huevos, bombones y hasta preparaciones saladas.
Su origen tiene muchos años de antigüedad y se entrelaza la religión católica con las prácticas culturales de distintos países. En Argentina no cabe duda que la celebración es una de las más esperadas y tanto el comercio del chocolate como los hogares se preparan para celebrar.
Con la celebración, muchas familias desistieron de comprar huevos de pascua dado el gran incremento que esas delicias de chocolate sufrieron este año.
Ante la falta de ventas, y afrontando la mala situación económica que hace que los clientes prioricen sus gastos es que varios supermercados escobarenses decidieron promocionar los huevos de pascua, un elemento tradicional para la festividad.
Haciendo un recorrido por los grandes supermercados de Belén, algunos ofrecen un 40% de descuento, otros el 2×1; hemos visto la promoción de descuento del 80% en la segunda unidad, y hasta el famoso huevo con sorpresa en su interior salió al mercado con una promoción de 2×1.
Varios incentivos para seducir a la alicaída clientela, que deberán elegir entre comprar un kilo de pescado o un huevo de chocolate.
En los almacenes barriales, en cambio, no hubo mayores ofertas de esta dulce tentación. Aunque si fueron vistos en algunos comercios orientales, con un precio bastante accesible.
La popularidad y consumo de los huevos de chocolate están más ligados a estrategias de marketing y placer que a significados litúrgicos. Hoy en día, los huevos de Pascua representan diversión, disfrute y, aunque de manera más sutil, el júbilo propio de la celebración religiosa.
«En nuestra familia teníamos la tradición de comprar un huevo de pascua grande y romperlo para compartir luego del almuerzo del domingo en familia, haciendo sobremesa. Hoy es imposible continuar con la tradición, no nos da el cuero», dijo una mujer en un conocido supermercado de Belén.
«Fui a averiguar cuánto me sale hacerlo en casa, pero entre que aumentó mucho también el chocolate y que tenía que comprar moldes, mangas para decorarlo y hacer el glacé, creo que terminaré comprando un huevo chiquito solo para los más pequeños de la familia», afirmó un señor.