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miércoles, noviembre 12, 2025
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    Hoy se define el horror: exigen prisión perpetua para Chiminelli y sus padres por el femicidio de Alejandra Abbondanza

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    CRIMEN EN CAMPANA: SENTENCIA FINAL – A horas del veredicto, familiares y vecinos marcharon en la Plaza Costa bajo el clamor de “Justicia por Ale”. La Fiscalía sostiene que el asesinato fue planeado y que el grupo familiar encubrió el desmembramiento e intento de quema del cuerpo de la víctima.

    La comunidad de Campana concluyó la vigilia por el femicidio de María Alejandra Abbondanza con una multitudinaria marcha de antorchas en la Plaza Eduardo Costa. A un día de que el Tribunal Oral en lo Criminal N° 2 dicte sentencia, el clamor de «Justicia por Ale» se hizo sentir con fuerza, exigiendo la pena máxima para el principal acusado, Agustín Chiminelli, y la condena por encubrimiento para sus padres, Carlos Chiminelli y Liliana Sánchez.

    El Tribunal de Zárate-Campana dará a conocer su veredicto hoy al mediodía, en un fallo que se espera histórico dada la brutalidad del crimen y la gravedad de la coautoría familiar.

    La voz de la calle y la exigencia familiar

    Familiares, amigos y vecinos se reunieron bajo la consigna de «no mirar hacia otro lado», haciendo un nuevo gesto de acompañamiento a la familia Abbondanza.

    “Marchamos porque nos duele. Marchamos porque queremos vivir en una ciudad que cuida a los suyos. Porque Alejandra fue una vecina, una madre, una hermana. Porque su nombre no puede quedar en silencio”, señalaron los organizadores.

    El pedido de la comunidad y la querella es unánime: prisión perpetua para los tres imputados, argumentando que el crimen fue cometido en coautoría y que la posterior maniobra de encubrimiento fue planificada por el grupo familiar.

    Durante la última audiencia, la hermana de la víctima, Ana Abbondanza, había realizado un estremecedor llamado a la conciencia judicial, que resonó en la marcha de ayer:

    «El asesino ya fue condenado, pero el crimen no ocurrió en soledad. Esa noche, en esa casa, había adultos. Personas que escucharon, que vieron, que sabían. Personas que no hicieron nada. El silencio también mata».

    El horror y la coautoría

    Según la requisitoria de elevación a juicio de la fiscalía, a cargo de la fiscal María Brizuela, el crimen de Alejandra Abbondanza se produjo en la casa de los Chiminelli entre la tarde del 16 de septiembre de 2022 y la mañana del día siguiente.

    El expediente detalla que la víctima, pareja ocasional de Agustín Chiminelli, habría recibido golpes letales en la cabeza con un elemento contundente, presumiblemente una mancuerna. Lo más escalofriante de la acusación es que los padres, Carlos y Liliana, arribaron al domicilio mientras Alejandra aún se hallaba con vida o recién fallecida.

    «A las 18.23, arribó Carlos Rubén Chiminelli y a las 19.20 lo hizo Liliana Esther Sánchez, quienes vivían allí, mientras Alejandra aún se hallaba con vida, presentando heridas de gravedad», señala la acusación.

    Siempre según la Fiscalía, el grupo familiar realizó «diversas maniobras tendientes a eliminar los rastros del hecho», que incluyeron desmembrar el cuerpo de la mujer, subir los restos a la terraza y quemarlos en una parrilla. Un video incorporado a la causa, que muestra a Agustín Chiminelli descartando ropa manchada con sangre en tachos de basura del barrio, es una de las pruebas más comprometedoras.

    Un patrón de violencia

    El juicio no solo reveló el horror del femicidio, sino que expuso un patrón de violencia de género ejercida por Agustín Chiminelli con la presunta complicidad y encubrimiento de sus padres. Cinco días antes del crimen de Alejandra, el joven ya contaba con una restricción perimetral por violencia de género contra una ex pareja.

    Informes psicológicos incorporados a la causa describen una “dinámica familiar marcada por el control y la sobreprotección materna”. Declaraciones de tres ex parejas de Agustín revelaron un historial de agresiones físicas, abusos sexuales y amenazas.

    Una ex pareja relató: “Me dejaba violar porque tenía miedo de que se ponga peor y me mate. Le excitaba tener poder sobre mí, la dominación, me obligaba”, señalando que los padres estaban presentes y no intervenían. La propia madre, Liliana Sánchez, habría intentado contactar a una ex pareja de su hijo con un ramo de flores, e incluso la amenazó por mensaje de texto: “Me dijo que yo ‘la iba a pagar’ porque Agustín había perdido un dedo y que estaba herido por culpa mía”.

    El abogado de la familia Abbondanza, Hugo Tomei, ratificó la gravedad de la situación, sosteniendo que «la defensa se armó para sostener la responsabilidad sobre uno», pero que la evidencia apunta a la coautoría y que «cabría la prisión perpetua para los tres».

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