A SALA LLENA
Impactante. A sala llena en el Teatro Seminari se realizó una función especial de «Drácula, el musical”, la obra escrita y dirigida por Pepe Cibrián Campoy considerada el musical más exitoso de la historia argentina, con más de 30 artistas de Escobar en escena.
La función fue para invitados especiales, entre los que se encontraba el intendente Ariel Sujarchuk, quien fue a disfrutar del musical interpretado en su gran mayoría por vecinos del distrito formados en el espacio municipal.
El vestuario, el maquillaje, la escenografía, las luces, la puesta, la música, las interpretaciones, la dirección, todo era para admirar y nada para envidiar a las obras del orden internacional. Talento argentino y orgullo escobarense, agregamos.
«El teatro es mi vida. He nacido prácticamente en un teatro. Crecí en un teatro, maduré en un teatro, fracasé en un teatro, triunfé en un teatro y tengo el privilegio absoluto de seguir estando sobre un escenario. El escenario habla. El escenario cuando no te quiere te tira, en cambio cuando te quiere te protege. Yo me siento muy protegido sobre ellos, por lo tanto hoy, en este espacio mágico que es el Teatro Seminari, donde tuve el placer inmenso ya de llevar dos años creando, jugando… quiero agradecer al Teatro Seminari, primero a este lugar mágico que es de ustedes y de alguna manera mío. Agradecer a Ariel (Sujarchuk) porque gracias a su gestión, de su confianza absoluta en Néstor (Vittola el director mágico de este lugar, este espacio ha tenido vida, ha sido cuidado, pulido, recreado para que sobre este escenario los artistas tengan vida», determinó Pepe Cibrián Campoy al finalizar la obra musical.
«Ha sido increíble, los vamos a extrañar muchísimo. Despedimos a Drácula no solamente del Seminari sino de la calle Corrientes, realmente los vamos a extrañar en serio. Gracias a todo el elenco, gracias a Ariel por permitirnos disfrutar de esta maravilla, gracias a todos por acompañarnos», afirmó Néstor Vittola.
Las dos horas y media que dura el musical, separado por un intervalo, realmente fueron un placer visual y auditivo que dejaron al público con ganas de más.
«Drácula, el musical», se estrenó en el año 1991 en el estadio Luna Park y fue vista por millones de personas. Tener un espectáculo de esa envergadura en Escobar fue no solamente un lujo, sino un privilegio.
La despedida fue, sin dudas, un festejo lleno de emoción.
El aplauso cerrado de los presentes y los vítores a pulmón lleno fue el corolario perfecto para una noche de encanto.







La historia detrás del musical
Jonathan Harker, empleado de la firma Hawkins, es enviado por ésta a Transilvania a entregar las escrituras de las propiedades compradas por el conde Drácula en la ciudad inglesa de Whitby.
Ya en Transilvania, los habitantes lo previenen del peligro del lugar. Jonathan los ignora y junto a un cochero decide recorrer la región, al llegar al cementerio es seducido por la condesa vampiro Dolingen de Gratz y sus amantes, pero con la ayuda del pueblo puede escapar.
Mientras tanto, en Whitby, su prometida Mina Murray espera noticias de él y junto a su gobernanta Nani reciben a Lucy, que viene de Londres para casarse con lord Arturo, primo de Mina.
Pero al llegar a Whitby, Lucy siente que algo extraño le sucede. Los transilvanos llevan a Jonathan a una posada y su dueño lo tranquiliza diciendo que los comentarios son sólo leyendas. Pero es allí donde recibe por intermedio de un mensajero, la esperada invitación al castillo enviada por el conde Drácula. La posadera le recuerda los peligros que le aguardan y le entrega un crucifijo para protegerse. Mientras tanto, en Whitby, la premonición de Lucy la acosa día tras día y su estado mental se deteriora.
Jonathan llega finalmente a la morada de Drácula, que trata de envolverlo en su magia, pero gracias al crucifijo logra salvarse y se instala en el castillo. Pasan semanas y el conde Drácula se prepara para su partida que hará con sus mascotas y como despedida invita a Jonathan a una fiesta junto a sus cómplices, los gitanos.
Luego de dicha fiesta, Jonathan descubre el secreto de Drácula, quien al enterarse de ello decide abandonarlo en el castillo, quitándole la memoria y parte de inmediato a Inglaterra.
Una vez allí, Drácula se encuentra con Lucy —la prometida de lord Arturo (primo de Mina, la prometida de Jonathan)—, a la cual posee y se presenta en su fiesta de casamiento para cumplir el rito de la tercera mordida y convertirla en vampiro.
Pero antes de hacerlo lo descubre Mina (en quien Drácula cree reconocer a la mujer que amó quinientos años atrás y que él mismo destruyó). Con Mina, Drácula trata de recuperar aquella historia perdida.
Después de un bellísimo cuento de amor pasional y terrorífico, Drácula siente que va a repetir la misma historia, debido a su adicción por la sangre. Entonces decide dejarla libre y sacrificar su inmortalidad, dejando que lo atrapen y lo maten.
