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miércoles, noviembre 12, 2025
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    Francisco “Japo” Ferreyra: “creo en varias cosas, pero sobre todo en el arte”

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    Por Matías Magallanes

    ARTISTA CON ADN ESCOBARENSE – Francisco “Japo” Ferreyra nació en Escobar en 1985. Desde chico se vinculó con el dibujo y la pintura, alentado por su padre ferroviario, con quien compartía tardes de videos y revistas sobre técnicas artísticas. “Ese fue mi primer vínculo con el arte, compartirlo con mi viejo”, recuerda.

    En el año 2000 ingresó al Centro Polivalente de Arte de San Isidro, donde obtuvo el título de Técnico Auxiliar en Técnicas de Impresión Artesanal (Grabado). Más tarde cursó el profesorado en Artes Visuales en las escuelas Antonio Berni y Ricardo Carpani, donde se recibió en 2012.

    Durante su formación participó en espacios de investigación plástica como Gráfica P/A y en el colectivo de muralismo Triángulo Dorado, junto a Pedro y Santiago Panichelli. El grupo surgió en tiempos de crisis, cuando “no había plata y pintábamos debajo de la Panamericana”. Con el tiempo, intervinieron espacios como el Palais de Glace, el Recoleta, Tecnópolis y distintas estaciones de subte. En 2009 viajaron invitados por el Consulado Argentino a Bolivia, donde realizaron un mural en el Cine Teatro Libertador Bolívar durante la primera presidencia de Evo Morales.

    “El arte siempre estuvo en casa”, dice, y esa idea atraviesa su obra y su forma de enseñar. Japo da clases en escuelas de Campana y Escobar, y coordina un taller de gráfica en Martínez. “Ser profesor no tiene que ver con ser profesional, sino con profesar. Trato de que mis alumnos me vean disfrutando. Si te ven así, van a querer disfrutar también.”

    Su trabajo significativo más reciente, El Yunque, consiste en un sello de martillo de goma con la palabra Libertad, símbolo de su mirada contestataria. “Lo más valioso viene de lo instintivo, propio de la intención de crear”, afirma.

    Lejos de lo solemne, Japo entiende la creatividad como una experiencia cotidiana: “En la creación uno siempre está aprendiendo. Los errores son parte del proceso.” Para él, el arte sigue siendo un espacio simbólico sin límites, donde la técnica, el lenguaje y la emoción se encuentran.

    Sobre la inteligencia artificial, sostiene: “No me genera tabú. Es una herramienta técnica, pero lo creativo sigue siendo algo de la experiencia humana.”

    Su inspiración atraviesa la música y la literatura: el folklore del litoral, el rock nacional, Miles Davis, Borges y la teología. “Hay algo que nos interpela a todos, que nos impulsa. Creo en varias cosas, pero más creo en el arte.”

    “Todo es una excusa del dibujo”, concluye, reafirmando el vínculo con su primera pasión, esa que sigue marcando el pulso de su vida y su obra.

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