El evento se desarrollaba de manera ilegal en una quinta ubicada en la calle General Guido. Al momento de la interrupción de la fiesta por parte de los inspectores, en el lugar se constató la presencia de unas 1.500 personas, las que habrían pagado una entrada para participar de la actividad.
De acuerdo a los primeros informes, en el lugar se habían instalado equipos de sonido, una barra para el despacho de bebidas alcohólicas, escenario para la actuación de DJ y artistas.
Desde el Municipio se dio a conocer que la actividad se estaba llevando adelante sin la habilitación correspondiente, ni las medidas de seguridad necesarias para un evento de estas características, que deben incluir medidas de salud. Además, las denuncias señalaron que la fiesta generaba importantes molestias para los vecinos.