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domingo, enero 19, 2025
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    Festejamos junto a Mercedes su 102° aniversario de nacimiento

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    ALEGRÍA DE VIVIR – Mercedes Fernández cumplió 102 años y el festejo se realizó en el Hogar de Ancianas Eva Perón. El Diario de Escobar y FM Líder 98.9 fueron parte de los invitados y, como se debe, llevamos regalitos. Quien también participó fue el intendente interino Carlos «Beto» Ramil, quien le llevó de regalo la tan ansiada tablet.

    Con una producción que asemejaba a una modelo, con purpurina incluída, Mercedes fue recibiendo a los invitados y compartiendo música y alegría con sus compañeras y amigas del Hogar de Ancianas Eva Perón.

    «Estoy muy contenta, muy feliz realmente de estar acá. De todo el homenaje que me están haciendo».

    «Las chicas me produjeron, me ayudaron a elegir la ropa. La purpurina, todas esas cosas son las que me gustan a mí», contó risueña.

    Todo el equipo de trabajo de El Diario de Escobar y FM Líder le obsequiaron una planta que ella deseaba para su nueva casita y un hermoso ramo de flores, que agradeció muchísimo. «Hoy tengo la planta prometida que tanto la quería, para ponerla adelante (de su nuevo hogar). Ya sé el lugar, la estaba mirando para ver dónde la iba a ubicar. Quiero agradecer a todo el equipo de gente», señaló.

    «Le debo todo al Hogar Eva Perón, me dieron todo. Sino no estaría acá en este momento».

    «Todo es seguir para adelante, tener fe y ahora con mi casa, mi nueva casa. Tengo entendido que a fin de mes me mudo, pero no tengo fecha todavía. Estoy en un ciclo de adaptación, me dijo la directora porque me tengo que adaptar de a poquito a todo. Muebles tengo, me están buscando».

    Como deseo al soplar las velitas, Mercedes pidió: «Ya mi casa. Estar tranquila y feliz en mi casa, que es lo que tanto deseé que es volver a tener mi casa, que no la tenía».

    Una vida, mil historias

    Mercedes Rita Fernández nació en Venado Tuerto, provincia de Santa Fe, el 12 de enero de 1922. Su familia decidió venir a Escobar cuando tenía 4 años de edad, dada la falta de trabajo de su padre. Aquí se establecieron y pusieron una granja. «Mi papá empezó vendiendo verduras, hasta que tuvo una granja de patos y vendía. ¡Tuvimos tantos animales!, y a mí me gustaba mucho. Del colegio volvía corriendo, para ayudarle con los animales».

    Pasado el tiempo, «mi mamá decidió irse a Capital a trabajar porque conoció a otro señor, entonces dejó a mi papá y mi papá me crió. Mi papá hizo todo por mí, me llevó al colegio, todo».

    «Fui a la Escuela 14 que está frente al San Vicente. Ahí estudié. Mi papá me llevaba en el carro y era problemático porque era todo de barro».

    Recordando su vida, Mercedes afirmó que cumplió «todos mis sueños. Me casé y tuve una nena que falleció, Milagros se llamaba. Me casé con Antonio Ayala, un hombre buenísimo pero tenía diabetes. Cuando me conoció me dijo ‘yo soy diabético’ y terminé poniéndole insulina, durmiendo en el hospital por estar con él, porque era sala de hombres. Fue una vida bastante brava. Dormía en el suelo por estar con él en el hospital, porque no se podía en ese tiempo entrar a la sala de hombres. Hasta que un día la dirección del hospital me dijo ‘bueno, entre a la sala. Cómo va a dormir en el suelo’. Pero no lo abandoné ni un instante. Se me murieron algunos animalitos porque corría, los cuidaba, volvía, pero no lo abandoné», contó respecto a la difícil situación con la delicada salud de su esposo, quien «al igual que mi papá, también está en el cementerio. Por eso recorro todo el cementerio buscando a todos los seres queridos. Los tengo a todos juntos ahí».

    Pasó por muchas circunstancias difíciles en su vida: tras el fallecimiento de su marido, al que acompañó durante 30 años, quedó sin un lugar fijo donde vivir, pasando por diferentes hospitales y recibiendo un plato de comida en el Centro Ferroviario de Jubilados de Belén de Escobar. Hace dos años y medio, gracias la intervención y articulación entre las autoridades del centro y el área de Desarrollo Social del Municipio, ingresó al Hogar Municipal de Ancianas Eva Perón, una institución que alcanzó medio siglo de trayectoria. Allí encontró un lugar para vivir y una red de compañeras y profesionales que la acompañan hasta la fecha.

    “Empecé todo de vuelta como si fuera el principio. Me costó pero lo logré. Estoy muy contenta en este hogar municipal, donde estoy con mis amigas, la directora, la trabajadora social, las enfermeras, asistentes y cocineras que trabajan para que la que quiera salir adelante pueda hacerlo”, expresó en una entrevista a Telenoche.

    Para animarse terminar el secundario fue fundamental el apoyo de la directora del Hogar, Noelia Alegre Pivar, y la trabajadora social Elizabeth Villanueva, quienes se pusieron en contacto con el director del CENS 451, Cristian Rondinella, e incorporaron a Mercedes a la modalidad de adultos mayores. Además, como el instituto queda a pocas cuadras del Hogar, Mercedes pudo asistir sola con total autonomía.

    “Cuando llegué al hogar estaba muy mal, no tenía más ganas de seguir adelante y había bajado mucho de peso. Pero Noelia me dijo que sí se puede. Y ahora le doy una esperanza a todos los chicos jóvenes. Si lo logré yo con mis años, lo va a poder hacer mucha gente joven”, expresó. Mercedes logró convertirse en un verdadero ejemplo para sus compañeros de cursada, quienes destacaron que aprendieron mucho de sus vivencias y experiencia.

    «Creía que jamás iba a lograr este sueño. Le agradezco al director del colegio, a todo el personal, los profesores que venían a enseñarme. Con mi edad pensaba que esto ya no se podía lograr más y se puede, con personas que me ayudaron como la directora del Hogar Eva Perón y todo el equipo de gente de esa institución”, expresó tras recibir su diploma en el Centro de Educación Secundaria para Adultos CENS 451.

    La tan ansiada «tablet»

    «¡Nos volvemos a encontrar!» le dijo a Mercedes Carlos «Beto» Ramil.

    • «Muchas gracias por venir», contestó la cumpleañera.

    El intendente interino compartió la tarde y cantó el «feliz cumpleaños» junto con todo el personal del Hogar y con las compañeras de Mercedes, pero además le trajo de regalo productos de artesanos locales y otra sorpresa.

    «Esto te lo regalamos con Ariel, porque un pajarito que anda por acá nos dijo que era lo que vos querías».

    La emoción de Mercedes llegó casi a las lágrimas. «No sé qué decir porque es lo que tanto había pedido. Fue un sueño que quería lograr y no podía tenerla. Yo decía: algún día la voy a tener, y ahora la tengo».

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