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jueves, marzo 28, 2024

Entre Ríos: una variedad de complejos termales esperan al turismo

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La provincia de Entre Ríos es uno de los destinos más destacados por la amplia variedad de complejos termales que ofrece. Spas y piletones con aguas termales para la salud y la belleza a lo largo del río Uruguay, a un paso de la ciudad de Buenos Aires.
Unas 11 localidades a lo largo de pocos kilómetros del río Uruguay, en la provincia litoraleña de Entre Ríos, ofrecen una oferta turística en complejos de aguas termales única en el país.
Allí, los visitantes podrán alquilar desde mallas hasta sombrillas y reposeras, o disfrutar de una típica carne asada bajo la sombra de la arboleda o un plato fresco de río en los restaurantes.
La puerta de entrada a este corredor termal es Gualeguaychú, donde se encuentran dos grandes complejos que lideran la propuesta turística, destacó la agencia Tur Noticias.
El primero, Termas del Gualeguaychú, en el kilómetros 2,5 de la Ruta 42, tiene cuatro piletas de agua salada, con temperaturas entre 37 y 42 grados, dos de las cuales están cubiertas y una habitualmente elegida por sus 12 hidromasajes, además de un excelente spa.
El otro se llama Termas del Guaychu, con aguas humeantes de hasta 40 grados, en medio de un paisaje campestre, repleto de aves y flora autóctona. Amplios deck donde tomar sol y descansar, y un restó con mesas sobre una pintoresca terraza.
Un poco más al norte, en la ciudad de Colón, un pozo de más de 1.500 metros de profundidad genera el maravilloso recurso de las aguas termales en un marco ideal de abundante vegetación, inmejorable clima y múltiples actividades.
Ubicado sobre el sector norte, frente al Golf Club Colón, y a escasa distancia del río Uruguay, el Complejo Termal Municipal Carlos René Evequoz ocupa un predio de 4 hectáreas y aguas entre 33 y 40 grados.
En Villa Elisa, a 4 kilómetros de la ciudad, sobre la Ruta Nacional 130, se ubica otro complejo con ocho piscinas de aguas provenientes del Acuífero Guaraní donde hacer actividades recreativas y aprovechar el lago artificial.
El área pasiva donde hay hidrojets de uso rotativo, chorro para cervicales y bancos sumergidos, es sólo para mayores. En la otra zona, el centro de atención es una pileta de olas artificiales.
En María Grande, el visitante encontrará otra propuesta en un predio de 47 hectáreas rodeadas por montes autóctonos y una cañada que lo atraviesa.
En funciones desde 2004, ofrece once piletas mineralizadas con temperaturas hasta 46 grados y con la particularidad de estar aptas para personas con movilidad reducida.
También posee un mini spa atendido por especialistas en kinesiología y cosmiatría. Junto al balneario hay un área de hoteles, una zona para acampar y un barrio privado de cabañas totalmente amobladas. Cuenta con guardavidas, equipo de enfermería gratuito y guardias médicas. Hay juegos para niños, canchas de fútbol, voley y senderos para hacer trecking.
En Federación se encuentra la primera perforación termal de la Mesopotamia Argentina, realizada en 1994, y un complejo donde fluyen 450 mil litros de agua por hora a una temperatura constante de 42,5 grados. A orillas del Lago Salto Grande, además de las piletas y el spa, hay también un pequeño Museo para hacer un recorrido fotográfico de este primer pozo.
En Concordia, situada sobre la avenida Monseñor Rösch, y a menos de 15 minutos del centro urbano, está el complejo Vertiente de La Concordia -en funciones desde 1998- con temperaturas hasta 49 grados. Por su parte, en San José, “cuna de la colonización”, hay diez piscinas, spa, juegos acuáticos y una piscina con toboganes.
En Concepción del Uruguay, el viajero puede acceder a una propuesta turística balnearia e histórica. Cinco piscinas de aguas termales y otras cinco de agua fría, con solariums, bungalows, quincho y restaurante, además de un lago artificial para dar paseos en bote y un completo spa.
Como complemento de la actividad termal, a muy pocos kilómetros se puede visitar el Parque Nacional El Palmar y disfrutar de las 8.500 hectáreas de yatay protegidas, especie autóctona que llega a vivir entre 200 y 400 años. Un espacio donde apreciar pájaros carpinteros, ñandúes y perdices, entre otras especies.

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