Por la fecha 26 de la división “B” de la Liga Escobarense, Atlético Escobar FC recibió en Ingeniero Maschwitz al Club Manzanares (marcha tercero) en lo que se esperaba que sea un partido atractivo, pero las condiciones de la cancha más los constantes reclamos dentro y fuera de la cancha fueron desvirtuando el espectáculo y el encuentro tuvo más charla que fútbol, así y todo, Manzanares aprovechó un penal y se hizo con la victoria por la mínima.
El partido comenzó con dos conjuntos queriendo hacerse dueños de la pelota, por ello el medio campo tuvo un trabajo incansable para dominarla. Por momentos los locales tenían el esférico y luego la visita pasaba a manejar los hilos, fue trabajado y con pelotazos bien despejados por las defensas, pases a los extremos para desbordar, en definitiva tenía todos los condimentos para ver un gran espectáculo.
Iban y venían los dos, pero Manzanares siempre era un poco más punzante, era el que buscaba y generaba riesgo en la portería defendida por Navarro. Tanto fue la visita, que encontró en la cabeza de Samaniego, un cabezazo en el área chica, pero impactó mal la pelota y la mandó por encima del travesaño, cuando ya no tenía nada para hacer el arquero local. Atlético intentó responder, pero la defensa rival estaba bien plantada y cortaba los pases que podían llegar a generar situaciones. A esta altura se hablaba más de lo que se jugaba, por cada falta era un palabrerío constante, quejas dentro y fuera de la cancha.
El momento cumbre llegó cuando Caraballo pitó penal a favor de la visita, tras un despeje fallido que tocó en la mano de Luna y allí llegó el momento de ejecutar la pena máxima. Nuevamente se habló mucho, se discutió y en ese momento al juez se le comenzó a ir de las manos en duelo. Volviendo a las acciones, Amarillo toma la posta y ejecuta el penal, encontrándose con la humanidad de Navarro en primera instancia, el rebote le vuelve a quedar al ejecutor, quien la cruza y nuevamente con reflejos de felino, Navarro la despeja otra vez, la misma le queda a Samaniego, que remata con violencia y allí estuvo Luna para sacarla en la línea.
La última del primer tiempo fue para Atlético Escobar, que tras un centro encontró a Burgos cabeceando en soledad dentro del área chica y la mandó por encima del travesaño. La exageración en algunos toques por parte de ambos equipos, más del lado visitante, caldearon los ánimos, los reclamos continuaron y con esas dos postales se fueron al descanso con un 0 – 0.
Tras la charla técnica los dos equipos volvieron al terreno de juego con ánimos renovados, la visita siempre fue más que el local en esta etapa, si bien la pelota no tenía un claro dominador, Navarro trabajaba más que Codaro. Manzanares fue y fue hasta que promediando el segundo tiempo, Caraballo vuelve a sancionar un penal tras un centro de Alfaro y en esta oportunidad, Samaniego tomó la decisión de patear y logró convertirlo en gol, festejó, mostró su número a todo el público y esto desató nuevamente el palabrerío dentro y fuera de la cancha. Cada falta era discutida, para colmo se simulaban golpes (en la que los árbitros debían mostrar amarilla por la exageración) y las discusiones entre un banco y otro, entre propios jugadores y desde el público más dirigentes hacia los árbitros era incansable.
Así fueron los últimos quince minutos, más palabras que fútbol, si bien en este tramo Atlético Escobar tuvo dos situaciones más un cambio táctico de Stampone, le dio mayor poder aéreo a su equipo, Codaro respondió bien y logró dejar su portería en cero. Manzanares tuvo dos chances más de extender la diferencia, pero Navarro respondió bien y además, la fortuna le favoreció al local ya que la pelota en una situación muy clara picó debido al barro que había y el delantero visitante pifió.
Cuando Caraballo pitó el final del partido el 0 – 1 favoreció a los visitantes que siguen prendidos entre los tres mejores y demuestran que van a cerrar el certamen consiguiendo una victoria tras otra. En ese momento el clímax logró su tensión máxima y se fueron a reprochar todo lo acumulado durante el partido, no se llegó a las manos pero estaban los jugadores y los suplentes todos intercambiando palabras. Luego de unos minutos, se tranquilizó todo y se saludaron como corresponde y cada uno se fue a su vestuario.