CRISIS TEXTIL – La Fundación Pro Tejer advirtió que la industria textil atraviesa una situación crítica, con 11.500 empleos y 380 empresas menos desde el inicio del gobierno de Javier Milei. Según un informe difundido en el marco del Pro Textil 2025, el sector enfrenta una combinación de factores que incluyen la caída del consumo interno, la apreciación del peso y la apertura de las importaciones, lo que derivó en cierres de firmas medianas y familiares dedicadas principalmente a la confección y al calzado.
El estudio refleja que entre diciembre de 2023 y junio de 2025, la producción de textiles y prendas de vestir se contrajo 14,5% respecto del mismo período del año anterior, alcanzando niveles mínimos históricos de utilización de la capacidad instalada. Este retroceso, señaló la entidad, se tradujo en una pérdida sostenida de puestos de trabajo formales dentro de la cadena textil e indumentaria.
En paralelo, el informe registró un fuerte incremento en las importaciones de bienes, que crecieron 32% interanual durante los primeros ocho meses del año. Dentro de ese aumento, se destacó un récord absoluto en el ingreso de productos textiles, con precios FOB por kilogramo en su nivel más bajo desde 2015. A su vez, el número de nuevos importadores habilitados subió 38% respecto de 2024, con 14.000 CUITs incorporados para operar en el rubro.
La fundación calculó además que el costo fiscal de la reducción de aranceles aplicada sobre la cadena textil e indumentaria alcanzará US$120 millones en 2025. En ese sentido, el documento señaló que la rebaja unilateral de aranceles, sumada a la demora en implementar reformas estructurales, deterioró la rentabilidad y la competitividad sistémica de las empresas nacionales.
El informe también abordó el contexto macroeconómico. Indicó que entre enero y julio el déficit externo creció de manera sostenida: el turismo registró un saldo negativo de US$6.327 millones, mientras que la formación de activos externos —la salida de dólares por ahorro o inversiones fuera del país— alcanzó US$14.200 millones, una cifra similar a los desembolsos realizados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) durante ese período.
En materia laboral, el estudio señaló que el empleo asalariado privado total cayó 2% entre diciembre de 2023 y junio de 2025. Dentro de ese descenso general, la industria manufacturera perdió 33.400 puestos de trabajo, de los cuales 11.500 corresponden específicamente a los sectores textil, indumentaria, calzado y cuero.
La cifra equivale a una reducción del 10% del empleo formal dentro del rubro, lo que consolida la tendencia de contracción industrial y pérdida de capacidad productiva en uno de los segmentos más sensibles al mercado interno y a la competencia importada.
Desde Pro Tejer remarcaron que el panorama actual combina una fuerte caída del consumo doméstico, un contexto de apertura comercial acelerada y un tipo de cambio apreciado, lo que deja a las pymes del sector en una situación de vulnerabilidad.
El documento concluye que, sin una política de equilibrio entre apertura y protección productiva, la industria textil argentina podría enfrentar en los próximos meses una nueva ola de cierres y despidos, afectando directamente a miles de empleos en el interior del país y a uno de los sectores manufactureros con mayor presencia federal.
