El comedor El Maná, ubicado en la calle Formosa 574, entre Felipe Boero y Belén del barrio La Chechela, en Belén de Escobar, es una entidad de bien público que desde hace 28 años ayuda a las familias que más lo necesitan.

Este medio dialogó con su titular, Silvia Alejandra González, quien contó que: «estamos entregando las bolsas de mercadería cada 15 días, con la carne, todo, como nos ayuda Covelia y nos está ayudando el Colegio del Norte hace años, nos ayuda el Municipio. Desde que llegó Urielito (Uriel, su hijo adoptivo), a veces está con ataques de esquizofrenia y eso me impide algunas tareas que tengo que hacer adentro de la institución. Entonces tomamos la decisión de juntar y entregar la mercadería, todo a las mamás y las bolsas de refuerzo que se estaban dando, que las había aportado el diputado Leo Moreno en su momento y que ahora fueron cortadas«.
Uriel está con González desde que tenía 15 días de vida, «ya tiene 9 años, para diez. Cuesta muchísimo ponerlo en igualdad porque hay muchísima discriminación, muchísimas trabas con esa vida tan especial, aunque los especiales somos nosotros que no aprendemos a continuar y a compartir lo que somos».
Respecto a las actividades y acompañamiento, González afirmó que «desde Desarrollo Social nos acompañan las asistentes sociales, desde Minoridad la Lic. Florencia Lamota que cada vez que la necesitamos está al pie del cañón. Ni hablar de María Goñi que cada vez que la llamamos es la primera que se moviliza. Las guardias de pediatría, pidiendo los controles y seguimos haciendo que las mamás cumplan con la vacunación y la continuidad de la escuela. Intentando no abrirnos, expandir, pero si contener lo que tenemos. Siempre y cuando los papás que tienen algún trabajito, o están un poquito mejor, ceden el espacio a otros que hoy lo están necesitando».
Acerca de la situación en La Chechela, «está complicado porque tenemos una etapa de chicos que fueron creciendo y por ahí por el interés de tener una mejor zapatilla, una mejor calidad de vida, unos rastreros los acomodan y los van armando en su lugar. También hay que decir que el 50% de la responsabilidad es de los papás que vemos y nos callamos y no decimos tal cosa. Hay muchísimo problema con el tema de drogas, pero gracias a Dios ahora se están viendo más los cambios que han hecho en la (comisaría) Primera, con patrullajes y se mueven más».
Refiriéndose a las necesidades, «los refuerzos de mercadería que se están haciendo medio lentos para conseguir, sería la base principal para poder seguir acompañando no solamente a los chicos, sino que hay mucha cantidad de abuelos, gente grande, que nunca se había acercado al comedor porque es gente que toda su vida se ganó lo que comen y hoy por hoy pasan para ver porque no llegan a fin de mes. Estamos abriendo un cupo para los abuelos, para manejarnos con esa gente, para poder ayudar y dar una mano«.
«Yo siempre digo que uno ganó el día que digamos ‘El Maná no funciona más, porque la gente no necesita más’. Eso sería lo mejor».
Por último, González agradeció el lugar que le otorgó el Municipio en el Puerto del Paraná de las Palmas. «Es para mí, personal, no tiene nada que ver con el comedor, donde tenemos un puesto de panadería y de ahí recaudo lo que compro las cosas de Uriel, pagar la luz, pagar el gas. Lo comento porque a veces la gente confunde, allá es mi trabajo y en mi casa funciona el comedor», cerró.