POLÉMICA FERROVIARIA – La licitación había sido adjudicada en 2023 a una empresa china. Aunque la operación formaba parte de los proyectos prioritarios en el marco de la emergencia ferroviaria, fue recientemente revocada. El Ejecutivo evalúa una nueva adquisición, pero con un enfoque distinto.
En una decisión que generó sorpresa y críticas en el ámbito del transporte ferroviario, el Gobierno nacional canceló la adquisición de 50 nuevas formaciones diésel múltiples (DMU), algunas de las cuales estaban destinadas a reforzar el ramal del tren San Martín. La compra había sido adjudicada a la firma china CRRC en mayo de 2023, e incluso contaba con un contrato firmado e incluía cláusulas de integración local.
La medida fue confirmada por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en su último informe ante la Cámara de Diputados, donde reveló que la operación “ha sido recientemente revocada”. La licitación, que había sido impulsada durante la gestión anterior como parte de los proyectos estratégicos enmarcados en la emergencia ferroviaria, quedó sin efecto por la falta de avance en un aspecto clave: el convenio de financiamiento con el Banco de Desarrollo de China (CDB), que nunca llegó a concretarse.
Un proyecto ambicioso con impacto federal
El contrato contemplaba la incorporación de 50 “triplas” —unidades compuestas por tres coches: dos motrices con cabina en los extremos y un remolque central sin cabina— distribuidas según las distintas trochas del sistema ferroviario argentino. Del total, 25 eran de trocha ancha (1676 mm), compatibles con líneas como el San Martín, Roca, Mitre y Sarmiento; 15 eran de trocha angosta (1000 mm, línea Belgrano); y 10 de trocha media (1435 mm, línea Urquiza).
Un aspecto relevante del acuerdo era su exigencia de integración nacional: al menos el 20% de los bienes y servicios utilizados en la fabricación de los cochemotores debían ser de origen argentino, lo que hubiera representado una inyección de actividad para proveedores locales.
La cancelación de esta compra se da en un contexto de fuertes recortes presupuestarios y ajustes sobre las empresas estatales, donde los servicios ferroviarios regionales han sido especialmente golpeados. En muchas provincias, estos trenes representan el único medio de transporte accesible para miles de personas que viven alejadas de los centros urbanos.
Nuevo enfoque: foco en el AMBA
Pese a la baja del proceso original, el Gobierno indicó que trabaja en una nueva licitación, con criterios y objetivos distintos. El foco ya no estará en los servicios regionales, sino en la renovación de la obsoleta flota de trenes diésel del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde líneas como el San Martín, el Mitre y el Sarmiento operan con material rodante envejecido y en condiciones precarias.
Según fuentes oficiales, se prevé el lanzamiento de un nuevo procedimiento para adquirir 43 nuevas formaciones: 36 triplas de trocha ancha y 7 séxtuplas (formaciones de seis coches) de trocha angosta. Estas unidades estarían destinadas a reforzar el servicio local en los ramales metropolitanos, que en muchos casos sufren cancelaciones, demoras y falta de frecuencia por la escasez de coches en condiciones operativas.
El sitio especializado enelSubte.com detalló que, en caso de concretarse la nueva compra, las primeras unidades podrían comenzar a circular en servicios diésel de líneas como el San Martín, Roca, Mitre y Sarmiento. Sin embargo, aún no hay plazos definidos ni garantías de financiación.
Críticas y preocupación
Desde sectores vinculados al transporte público y asociaciones de usuarios expresaron su preocupación por la cancelación del contrato original, ya que implicaba una modernización federal del sistema ferroviario, incluyendo a regiones donde la conectividad ferroviaria está severamente deteriorada. También se advierte sobre la posibilidad de pérdida de empleo en talleres ferroviarios y proveedores locales ante la suspensión de un proyecto con integración nacional.
Por su parte, voceros del Ministerio de Transporte señalaron que el rediseño del plan responde a “nuevas prioridades operativas” y a la necesidad de concentrar los recursos en aquellas líneas que concentran la mayor demanda de pasajeros.
Mientras tanto, el sistema ferroviario argentino sigue enfrentando desafíos estructurales y una creciente presión social por la mejora de sus servicios, especialmente en un contexto económico que castiga el bolsillo del usuario y reduce alternativas de movilidad.