HACE 54 AÑOS – El 18 de junio de 1970 ocurrió una de las tragedias más importantes en nuestro distrito: aproximadamente a las 9.00 de ese día explotó la caldera central de la planta de productos químicos Parke Davis, ubicada en el kilómetro 51.500 de la autopista Panamericana, sentido hacia Campana.
El ruido de la explosión alteró completamente la mañana de los escobarenses, donde los efectos de la explosión llegaron a percibirse en un radio de tres kilómetros a la redonda. Tanto fue así que numerosas viviendas, fábricas, colegios, bares y clubes de Escobar y alrededores resultaron con daños y roturas de vidrio.
La explosión seguida de incendio destruyó casi en su totalidad la planta química.
El saldo fue de cuatro muertos, dos desaparecidos, quince heridos de los cuales varios fueron de consideración.
Hierros retorcidos y trozos de mampostería cayeron hasta cerca de 300 metros de la explosión.
Rápidamente fueron alertados los Bomberos Voluntarios de Escobar, donde se encontraba durmiendo Gustavo Rodríguez quien en ese entonces vivía en el cuartel de la calle Colón.
«Yo salí de la primera dotación. Dormía en el cuartel inclusive, en ese momento. Estuvimos casi una semana trabajando en el lugar excavando. A veces encontrábamos algún pedazo de alguien, de los que uno desapareció, de otro encontramos alguna cosa», afirmó Gustavo Rodríguez dando cuenta la tragedia vivida.
«Cuando íbamos al lugar se veía un hongo color naranja del polvo de ladrillos, una nube. Llegamos y la calle estaba llena de escombros. Nos pusimos a apagar la pila de tambores que tendrían solventes como alcoholes, ácidos y metanol», recordó Rodríguez.
Rápidamente acudió una segunda dotación a cargo de Oscar Schanz, pero el pedido de ayuda a otros cuarteles era inevitable: no solo había que extinguir las llamas sino de rescatar a los operarios que quedaron atrapados en los escombros.
Colaboraron los Bomberos Voluntarios de Pilar, Campana, Zárate, Exaltación de la Cruz, Tigre, Benavídez, Vicente López, Villa Ballester, San Martín, Gral. Sarmiento, Tres de Febrero, Ramos Mejía y La Matanza.
También participaron 3 ambulancias de la Municipalidad de Escobar, mas las enviadas por San Pedro, Pilar, Capilla del Señor, Tigre, Los Cardales, Los Polvorines, Escuela de Marinería de Zárate, Dálmine y Cooperativa Martín Fierro de Zárate.
A raíz de este suceso, los diarios de todo el país le dedicaron amplia difusión a la tragedia, en tapa y con grandes titulares.
Para los escobarenses no fue una noticia más, sino que varios vecinos resultaron heridos, muertos y con gran angustia ante lo sucedido.
«Los que se fueron eran todos conocidos, porque éramos un pueblo. Fue un hito para el cuartel con respecto a nuestra relación con la comunidad. Habíamos tenido un incendio en una estación de servicio y en febrero había sido el terrible accidente ferroviario de la estación de Benavidez. Fue un año difícil. Pero este episodio particularmente nos unió como grupo. A raíz de esto, el Rotary Club de Escobar nos dio una medalla de valor», afirmó Rodríguez.
A 54 años el recuerdo del siniestro aún está latente en la comunidad.
Muchos, aunque niños, vivimos ese día con angustia y temor. La explosión, el hongo anaranjado en el cielo y el no saber cómo se encontraba algún familiar o conocido (en ese entonces no contábamos con celulares y eran pocas las casas que tenían teléfono de línea) nos mantuvo en vilo.
El trabajo de los Bomberos fue excepcional y arriesgado, por lo que muchos estarán eternamente agradecidos haber sido salvados del desastre.
Parke Davis nunca fue igual luego de la explosión, Escobar tampoco.