Hay casos que como sociedad nos conmueven, nos indignan, pero por sobre todas las cosas tenemos que visibilizar. No solo por un pedido de justicia, sino para poner en alerta al resto de la comunidad para evitar que vuelvan a ocurrir.
A las oficinas de este medio, acudió el Dr. Sergio Loto acompañado por su representada, la mamá de una nena de 7 años que habría sido abusada en el colegio por un empleado de esa institución privada.
El relato, de por sí doloroso para la progenitora, quiere hacer hincapié en los riesgos que corren los niños y en la atención que hay que prestarles cuando presentan cambios en su personalidad. La madre insiste en su pedido de la verdad y justicia.
El primero en hablar fue el Dr. Loto, quien destacó: «Necesitamos saber porque tenemos entendido que hay más víctimas, más menores víctimas sobre este hecho, y puntualmente para que nos ayuden también y podamos ayudar a esta situación tan gravemente ultrajante».
Se trata de un abuso a una nena de 7 años, que concurría al instituto «IMA, Instituto Islas Malvinas, es un establecimiento privado», afirmó la mamá y continuó: «Mi nena viene un jueves, el 18 de octubre y me dice, -‘mami, otra vez el señor del equipo me regaló papas fritas’. Le digo, ¿cómo otra vez? -‘Sí, me regaló papas fritas’. Y me dice, -‘pero yo ya no puedo más con él’. Y cuando ella me dijo, yo ya no puedo más con él, ahí se me prendió a mí, ¿cómo más con él?».
«Y ahí me senté porque yo estaba haciendo cosas y le pregunté, ¿cómo no puedo más con él? -‘No, mami, porque él quiere que yo sea su novia y él tiene el pelo blanco y yo tengo solo 7 años’. Y ahí me empezó a contar que le daba caramelos, que le hacía corazones, que la perseguía en el baño, que le entraba al kiosco, que le quería prestar el teléfono todo el tiempo y que ella decía que no porque ella no agarraba los teléfonos desconocidos, porque yo no la dejo que agarre teléfonos desconocidos. Y él decía, -‘yo no soy un desconocido’. -‘Sí, porque no sos ni mi tío, ni mi papá’. Ella lo asociaba así. Me empezó a decir lo que hacía y ella me decía, -‘yo solo tengo 7 años y él el pelo blanco, mamá'».
Estamos hablando de una persona que además de tener el kiosco, era «portero, él es empleado del colegio. Él asiste el kiosco en los recreos y también hace tareas de la portería. Es más, ella iba al baño y él agarraba, según las palabras de ella, el secador y el trapo y hacía que entraba a limpiar el piso y ella lo reconocía por las zapatillas, por el color de zapatillas. Ella se olvidaba de trabar la puerta del baño y cuando lo veía, la trababa».
«Él le golpeaba y le hacía una voz de nena hacia ella. Y ella lo echaba, le daba y le decía que era él, entonces ya no salía. Y me decía, -‘yo le pegué, mami, perdoname, pero le pegué para que me deje'».
«Ella no se ubica en cuanto tiempo hace que pasó, mi hija dijo -‘hace mucho que pasa, mami’. Pero no se ubica en el tiempo, no me puede decir a las 3 de la tarde pasó, o a las 2 de la tarde pasó. Pero ella cada vez se sintió más sofocada, por eso creo que llega a hablar. Ella lo único que me repitió muchas veces, -‘yo ya no puedo más con él'».
«Y tiene 7 años, entonces es como que ella vio que se le iba de las manos. Ella me decía, -‘es bueno, mami, no es que no es bueno’. Pero después él le decía que si me contaba a mí, le iba a dar así, le hacía así, ella me lo hacía así (gestos de golpes de puño). -‘Y sabe, mami, que nosotros vivimos solos con vos’, yo vivo sola con ella y con mi hijo de 15 años. Entonces, ella tenía miedo de venir a decírmelo, porque lo que hacen es meterle miedo a los chicos, esta clase de personas».
«Ella me dice que hace mucho que pasaba, pero que ella no quería que él me haga nada a mí. Ella llevaba a sus amigos, a sus compañeros, al kiosco y ella dice que él se enojaba, que le decía que les iba a pegar a los nenes si ella iba con alguien más. Me empezó a contar, se empezó a poner mal. Sabía que estaba mal lo que estaba pasando, pero no tomaba dimensión».
«Después cuando pasó todo esto, cuando el jueves ella me comenta, el viernes voy al instituto, al colegio, pido los datos, porque yo ya iba a pedir los datos para denunciar, para hacer todo legalmente. El colegio se niega a darme los datos. Primero me dicen que seguro a la nena evidentemente le está pasando algo, pero que seguramente era en una persona ajena al instituto y que ella lo plasmaba ahí. Entonces le dije que sí, que la justicia hable, que lo que yo quiero es la verdad y la justicia. Que yo fui a que ella me rinde los datos, no preguntando lo que yo tenía que hacer. Que si mi hija apunta a una persona, yo voy a ir contra esa persona. Si la justicia me dice que no es esa persona, yo voy a pedir las disculpas correspondientes. Pero yo quiero la justicia y la verdad para mi hija de todo esto, porque esa es la verdad».
«Ella también me comenta que hay una nenas de tercero A y de tercero B, que se juntaban con ella en el patio, porque mi nena es muy dada, ella enseguida habla con todo el mundo. Le dijeron -‘a nosotras también nos molesta’. Mi mayor preocupación también es si hay más chicos, si hay más casos».
«Me presenté en el instituto al otro día. El instituto me dijo que la lleven al psicólogo y que íbamos viendo. Entonces yo le pedí los datos, me dijeron que se iban a asesorar, que me iban a llamar. Le dije que no, que me quedaba afuera, que se asesoren y los esperaba. Que yo no venía a preguntarles qué tenían que hacer. Yo venía a preguntarle los datos de esta persona, porque si mi hija apunta a esta persona, yo voy a ir contra esta persona».
«Entré, hicieron un acta, firmé el acta y me dijeron bueno. Fui a Niñez, en Niñez me recibió la directora, quedó todo ahí también plasmado y de ahí me fui a la Comisaría de la Mujer. Hice la denuncia correspondiente. Salí de la Comisaría de la Mujer y fui con las inspectoras de los colegios privados en Ingeniero Maschwitz. Fui el viernes, pedí una cita. Cuando volvía de Maschwitz me llamó, creo que es (nombre suprimido) el nombre de ella, me llamó para que el miércoles nos reunamos. El miércoles me reuní».
«Yo al colegio le dije que no iba a mandar a mi nena más, si estaba esta persona. Lo que a mí los psicólogos, la ayudante terapéutica y todos me aconsejaban es que yo no le cambie el ámbito a mi hija. Que trate de que esto sea lo más normal posible, aunque es un caos mi vida desde ese día. Entonces el colegio me mandó un mensaje diciendo que esta persona no iba a estar más. Que le iban a dar una licencia hasta que esto se aclare, que yo mande a la nena. Y a mi nena al colegio IMA le encantaba ir. Y ella me dijo, -‘si yo voy a ir mami, si él no está yo voy a ir, porque a mí me gusta, yo la paso mal en los recreos’. Que era cuando tenía el contacto con él».
«El día lunes la nena va al colegio. La maestra, a todo esto yo no sé nada de todo el parentesco, no tenía nombre, no tenía nada de esa persona yo, nada, ningún dato. El colegio no me dio ningún dato a mí. Yo fui, me dijeron, tenés que ir a denunciar al colegio. Bueno, perfecto, voy a denunciar al colegio. Y después en la comisaría de la mujer me dijeron, nosotros vamos a ir a buscar los datos de este hombre. En el momento la fiscal sacó un oficio para que pidan las cámaras en el colegio. Todo el mismo viernes, el mismo día que yo denuncio. De eso también tenemos que aclarar que se movió todo muy rápido, muy rápido. El día viernes lo separan, sacan las cámaras, todo».
«El lunes mi hija va al colegio. Te imaginarás como mamá, como la dejé, que no la quería dejar pero tenía que hacerlo por ella. El lunes sale y me dice, -‘ma casi me largo a llorar’. Digo, -¿por qué?. -‘Porque volvió mi maestra titular’, ella adora a su maestra titular. -‘Y me preguntó mi maestra si me iba a cambiar de colegio y a qué colegio iba a ir’. A mí me llamó la atención que le pregunte. El martes fue al colegio y cuando vuelve me dice, -‘me vuelven locas las maestras. Me están volviendo locas, yo ya no quiero ir’. Entonces le pregunto, ¿por qué?, me dice que su maestra le hace hacer una actividad en el cuaderno, que creo que es a todos, y le dicen que tenían que poner en quien confiaba y en que no confías. Mi nena pone los nombres de quien confía y en quien no, pone mamá, papá, tío, tía, y pone el nombre de una compañera. Y quiere poner abajo, que queda espacio, el nombre de su hermano. Y la maestra le dice, -‘no, ponelo en el otro. En el otro era en quien no confías. Y mi nena le dice que no. Y ella dice, -‘sí, sí, ponelo ahí’. Dijo, -‘yo quiero poner el nombre del del kiosco en quien no confío’. Y ella no la dejó. Se puso al lado de ella a hacer la actividad para que ponga el nombre de su hermano la columna de en quien no confías. Cuando la manda a pegar, a pegar el cuaderno en la hoja, mi nena se niega, porque le dijo, -‘vos me estás haciendo mentir’. Y la maestra le dice, -‘pégalo ahí’. -No, no lo voy a pegar’. Y lo pega la maestra. Y lo pega en una hoja, no en la siguiente, sino en la otra, y lo pega así como torcido. Como para… Mi conclusión es como para decir, ‘ah, lo hizo la nena sola’. Eso me pareció totalmente aberrante».
«En la hora del almuerzo, comieron y después se acercó una portera que ayuda, no sé si es portera, es como ayudante, está en los talleres a la tarde, a hablar con mi nena. Y le preguntó qué había dicho ella del hombre del kiosco. Y mi nena me dice, -‘yo no quiero que nadie sepa, mami, yo no quiero que nadie sepa. Le dije que yo solo dije que él me molestaba, nada más porque no quiero’. Y esta persona le dijo, -‘vos estás confundida, es otra persona, no es él, él es bueno'».
«Pero a todo esto, después ¿qué es lo que pasa? Que la maestra titular es la esposa de este señor, y la ayudante, esta chica, no sé si es portera, ayudante, no sé cómo se le dice; es la hermana de él».
«El día viernes cuando yo volví a denunciar, cuando va a Inspección, firman un acuerdo, firman un acta. La directora, la inspectora, firman un acuerdo, me dicen que ellos sabían todo el parentesco, que yo no sabía, que la niña no podía tener contacto con ningún pariente de él. Y el colegio lo infringe, lunes y martes. Cuando yo voy el miércoles, porque me presento con (nombre suprimido), porque tenía una reunión acordada, le llevo los cuadernos y llevo todo, ella me dijo, -‘esto no tendría que haber pasado'».
«Entonces ese día dije, no la voy a mandar más, y ellas me dijeron, es lo mejor. Mi hija bastante tiene en su cabeza, para que vengan personas adultas y que tienen que estar capacitadas. Y se lo dije a la directora del instituto, que por ese motivo sacaba mi nena de un establecimiento».
«Le sacaron un pedacito de niñez. Con solo 7 años. Y no sabemos si no hay más».
«¿Qué es lo peor? No se pudo hablar antes por los tiempos de la justicia, y es como siempre dije, yo quiero la verdad y la justicia y hacer las cosas como corresponden. Y como se debe. Pero si hay más chicos, yo necesito que se sepa, lamentablemente, porque si hay más chicos, no puede estar en contacto esta persona».
«La nena está contenida, la nena está bien. Hay que tratar de mantener siempre su vida cotidiana normal. Ella también se ha adaptado en otro instituto. Está bien. La verdad que en otro instituto nos recibió muy bien, a un mes de terminar el año. Y ella viene feliz».
«No toma dimensión todavía, pero pasamos ya a una pericia médica, eso fue muy traumático para ella. Entonces, es como todo, y falta».
El Dr. Loto intervino y comentó que «vamos a desde el inicio, de que la señora hizo la denuncia en una fiscalía de género. Si bien la hizo en la policía, pero después intervino en una fiscalía de género. Y un juzgado de garantías, que es el Juzgado de Garantías N° 4. Al hombre se le notificó de la formación de la causa, y está recientemente en pleno proceso penal. Estimo que las pericias ya fijadas, se dieron fecha de mayo, mayo del 2025, las pericias psicológicas hacia la menor. Esto es un proceso penal que lleva mucho tiempo, y muchas veces no coincide con los tiempos humanos. Pero bueno, esta es la situación real».
«Y mientras tanto, preservar a las posibles víctimas, porque yo considero que hay más víctimas, por los dichos de la menor, y considero que habría que prevenir y tomar intervención en el colegio», afirmó el abogado.
Mientras tanto, las personas involucradas, «son empleados del colegio, continuaban la vida normal. Más allá de haberlo sacado de licencia, no es que tampoco le dieran una sanción ni nada por el estilo, a esta persona, al supuesto abusador, a la persona que está indicada como abusador, y están trabajando normalmente en el colegio. Entonces, consideramos que, por lo menos, los padres que llevan a los menores al colegio, que tengan la prevención, sí, que presten atención, sobre todo, porque esto es muy concurrente, si lo hace con una víctima, puede pasar más este tipo de modalidades», destacó Loto.
El Dr. afirma que se proponen «al menos, buscar la verdad de esta situación, ni más ni menos, queremos solamente eso, la verdad. El daño ya está hecho, igual, sobre la menor. Esperemos que esto tenga un castigo, y ver cómo va el proceso penal, esa sería la situación real. Ni más ni menos, mientras todo está absolutamente contenido».
La mamá afirma que «tratamos en el ámbito familiar, que todo siga su proceso normal, no hostigarla con preguntas, con nada. Con la que más habla es conmigo, trato de minimizar todo, de que ella se sienta bien. Lo primero que le dije a mi hija, -‘sos valiente’, para que ella sepa que no está mal, que no está mal que hablen, que la acción de él está mal, pero que ella es muy valiente en esto».
«Lo que más quiero es que ella lo supere de la mejor manera posible, ella y nosotros como familia. Es algo que nos marcó y nos va a marcar toda la vida, pero que sea lo menos doloroso para ella, para su hermano, sobre todo», deseó la progenitora.