MEDIO AMBIENTE – Regiones del Ártico están experimentando un deshielo acelerado, lo que está provocando transformaciones drásticas en el modo de vida de los pueblos indígenas que habitan esas zonas desde hace siglos. Científicos internacionales confirman que las temperaturas han subido mucho más rápido que el promedio global y que los glaciares y el permafrost se están destruyendo a una velocidad alarmante.
Para las comunidades inuit y otros grupos originarios, esto no es solo un cambio climático abstracto sino la pérdida de rutas de caza, alteración de hábitats de fauna clave, y riesgo de desplazamiento. Además, el deshielo abre nuevas rutas marítimas y accesos a recursos naturales, lo que atrae la mirada de potencias interesadas en explotar minerales, gas o petróleo.
Así, estamos ante una doble transformación: ambiental y geopolítica. Los países del norte podrían ganar rutas de comercio más cortas, pero también se abre una pugna sobre soberanía, derechos indígenas y protección ambiental. Las voces originarias piden que sus saberes sean parte de la solución, y advierten que sin su participación cualquier política será incompleta.
El Ártico se derrite más rápido de lo previsto y los pueblos indígenas reclaman acción
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