EN ROSARIO Y ZÁRATE – En una serie de allanamientos realizados en simultáneo en las provincias de Santa Fe y Buenos Aires, fuerzas federales y provinciales lograron desarticular la estructura delictiva remanente de la banda liderada por el narco Juan «Calavera» Pelozo, actualmente detenido en el penal de Ezeiza.
El operativo, fruto de una investigación conjunta entre la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) y la Policía Bonaerense, incluyó siete procedimientos en distintos domicilios vinculados a la organización criminal. Como resultado, fueron detenidas cinco personas, entre ellas el hermano del propio Pelozo, señalado como uno de los encargados de mantener activa la red de narcotráfico mientras el cabecilla permanece tras las rejas.
Según fuentes judiciales, la organización operaba una compleja logística de tráfico de drogas a gran escala, con vínculos comprobados con los puertos de Rosario y Zárate, desde donde distribuían estupefacientes a diferentes puntos del país. Además, la banda está siendo investigada por maniobras de lavado de dinero y su posible participación en un doble homicidio ocurrido en 2022, aún en etapa de instrucción.
La caída de estos cinco miembros constituye un golpe clave para desarticular por completo la estructura de poder que «Calavera» había montado, incluso desde su reclusión. Durante los allanamientos, además de las detenciones, se incautaron teléfonos celulares, documentación de interés para la causa, dinero en efectivo y elementos relacionados con la comercialización de drogas.
Las autoridades señalaron que este avance es el resultado de un trabajo de inteligencia sostenido y articulado entre distintas fuerzas y unidades fiscales, que pusieron el foco en desmantelar no solo la cadena operativa de la banda, sino también su red de influencia financiera y territorial.
Justicia y mensaje claro
El desmantelamiento de esta estructura narco representa un paso firme en la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico en la región. La captura de los responsables y la neutralización de sus operaciones envía un mensaje contundente: el delito no tiene impunidad, y las redes criminales serán perseguidas hasta sus últimas consecuencias.