
“Es un elemento muy sensible a la sociedad el pan, aparte está en la mesa de todos los argentinos por eso es que siempre que aumenta el pan hay revuelo”, manifestó Javier Guiraldes, vicepresidente de la Federación Panaderil de la provincia de Buenos Aires a este medio. “El tema es cuando nos suben los insumos”, agregó.
Los panaderos ya venían absorviendo gastos, pero “nos sentamos con Feletti (secretario de Comercio Interior de la Nación Argentina) e hicimos un acuerdo que hasta fin de año manteníamos el precio. Nos pusimos de acuerdo con los molineros, y después nos sentamos a charlar para ver como ver cómo hacíamos para solventar los aumentos a ver si podíamos mantener el precio del pan, que es lo que el gobierno nos pedía. Enero hizo un vacío porque no tuvimos ninguna reunión ni nada y fue todo lo contrario porque nos aumentó todo. Los sueldos tuvimos que pagar un aumento también y ahora en abril nos sentamos a hablar en paritarias. Desde diciembre venimos absorviendo fuerte los aumentos. En diciembre tendríamos que haber aumentado un 10% y ahora un 10% más, lo que pasa es que veníamos arrastrando”, aseguró Guiraldes.
El aumento, de entre un 20 y un 25 por ciento es una decisión tomada por la Federación Panaderil de la provincia de Buenos Aires, desde donde hacen un costo y lo que hace es reunirse con los distintos centros de la provincia de Buenos Aires quienes les llevan sus problemáticas de base. “Hoy por hoy tenés una gran cantidad de panaderías que están cerrando sus puertas o están bajando sus persianas porque no pueden pagar los alquileres, no pueden pagar los sueldos, están atrasados con todo porque venimos de un par de años de pandemia en la cual hubo que aguantar a los empleados, los empleados que estuvieron enfermos y se les pagó los sueldos igual, la ART eso no te lo cubre. El sector panaderil venía un poco golpeado, pero como todo hicimos un poquito de fuerza para salir adelante, pero no dimos más, hasta acá llegamos”, destacó.
“Un kilo de pan debería valer $400 aproximadamente y se está vendiendo entre $180, $200, $240, en las panaderías. Con el aumento que hay del 20 o 25% el pan que estaba $180 se va a ir a 220/230 y el que estaba $230 se te va a ir $40 más arriba y así sucesivamente. En líneas generales desde la Provincia tenés que sacar un promedio en las panaderías que están mejor ubicadas y tienen el pan más elevado. Por eso fue que se sacó un pan entre 260 y 300 que fue el comunicado que se hizo”.
Con este aumento, “tratamos de recuperar un poco lo perdido. Si la semana que viene nos sacan los subsidios de la luz y el gas tenemos que sentarnos y sacar el costo de vuelta porque se te incrementa el costo, si no tenemos que poner plata de nuestro bolsillo. El panadero está acostumbrado a absorber aumentos, a resignar ganancias, pero bueno, todo tiene su límite”.
“Lo que tratamos como Federación de la provincia de Buenos Aires es de llegar a las bases de toda la provincia y tratar de rescatar la panadería, si no lo único que va a quedar son las panaderías clandestinas, las que fabrican en un galpón de cualquier manera de las cuales nadie sabe cómo se fabrica el pan y se van a vender por las ventanitas lo que son los almacencitos y no sabés la procedencia del pan. Lo que tenemos que hacer como Federación es cuidar a lo que es la panadería formal”.
Han cerrado muchas panaderías porque ya nos les convenía el trabajo. Inclusive hay muchos panaderos que no saben hacer otra cosa que ser panaderos y cierran sus puertas pero siguen trabajando clandestinamente.
Cerrando, Guiraldes remarcó que “lo que tiene que ver la gente es que el pan barato tenés que buscar por qué es barato. La realidad es que si pudiéramos hacer pan barato haríamos todos pan barato, qué más queremos nosotros que vender pan y seguir ganando. Para estar en la línea de una panadería formal tenemos que pagar nuestros impuestos como corresponde y tener la gente como corresponde, no hay otra salida. Los costos no nos dan para vender pan más barato”.
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“Es inevitable”
El presidente de la Federación Industrial Panaderil de la provincia de Buenos Aires, Raúl Santoandré, admitió que a los panaderos no les queda “otra alternativa” que trasladar los mayores costos a precios.
Así, el kilo de pan pasa a costar entre $240 y $300 en las bocas de expendio de la provincia de Buenos Aires y también en la Capital Federal. En cuanto a la docena de facturas, tendrá un costo promedio de $600.
El dirigente explicó: “En las últimas semanas hubo aumentos en el combustible, en los servicios y en muchas de nuestras materias primas. Los huevos, por ejemplo, en diez días aumentaron un 30%; el azúcar un 33%; los plásticos y el papel el 10%; la levadura un 35%. Es inevitable para nosotros tener que trasladar esos aumentos a nuestros precios”.
Asimismo, puntualizó: “En los últimos 25 días estamos recibiendo materias primas con aumentos. Y llegó el momento de trasladar a precios. Es inevitable, porque los porcentajes son muy altos”.
“También subieron los alquileres y la carga tributaria es muy alta”, enfatizó.
Santoandré sostuvo acerca del aumento: “Es una situación que nos duele, porque sabemos que no puede faltar el pan en la mesa de ninguna familia argentina. Pero la realidad es que los incrementos de precios son desmedidos, y si no aumentamos también nosotros, muchas panaderías no podrán abrir sus persianas”.
“Evidentemente no hay nadie que controle los precios, porque de otra forma no se explica esta situación”, se quejó el dirigente.
En este marco, dijo: “Elaboramos un alimento esencial para los argentinos, por eso no queremos que falte, ni pan ni facturas. Por eso estamos muy preocupados”.