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martes, marzo 21, 2023

Cuando ser Larghi es más que un apellido

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Con una conocida sensibilidad social, Larghi cuenta con una enorme trayectoria en el negocio inmobiliario, pero su gran pasión fueron los remates. Le encanta viajar y disfrutar de tiempo en familia.

 

Daniel nació el 25 de agosto de 1953 en Escobar Hijo menor del matrimonio de Oscar Roque Larghi y Ofelia Catalina Caballero. Sus hermanas mayores son Marta y Marisa.La familia vivía en un “departamentito” en la calle 25 de Mayo hasta que don Oscar termino la casa de calle Colon esquina Dr. Travi. Daniel tenía 2 años.

Hizo la primaria en la antigua Escuela N°1, en la Terminal. “En mi último año, en sexto, se mudó,  la escuela a la entrada de Escobar. Nosotros los alumnos más grandes ayudamos y llevábamos sillas y mesas a pie. Fuimos el primer grado egresado de la nueva Escuela 1.La directora era Irene de Jhonsony la vice era mi prima, Mimi Bertolotti. La secretaria era CarmitaPagliarani, la hermana de la Dra. Velazco. Tengo un lindo recuerdo de mi maestra de tercer grado: Lili Cossi, y entre mis compañeros estaban: Carlitos Ranne, Guillermo Morales, Hugo González, Ricardo González, Pablo González (los Gonzales- dice riendo),Griselda Belisan, Marconi, Fernando Buzzi, Alicia Pagliarani, Alicia Melgratti y Mirta Walker”.

El secundario lo curso en el San Vicente de Pauls. “Allí también estaba con Carlitos Ranne, que en realidad fuimos juntos desde el Jardín de Infantes. Gateamos juntos y jugábamos en el barrio. Porque Ranne tenía Fotos Selec enfrente de casa, donde ahora esta Mama Nicoletta. La mama le ponía un corralito y ahí  jugábamos juntos”.

Ya de más grandes jugaban con otros chicos en el Campito de la Estación. La cercanía del tren y sin ningún tipo de vallado, no parecía ser un problema. “Mis padres nunca nos llevaron al colegio. Fuimos siempre solos. Nos enseñaron a cruzar las vías del ferrocarril desde el primer día de clases. Mi papa me decía: Acá esta Carlitos (que vendía diarios), otro amigo en los taxis, “Chiquito” Russo… si te pasa algo velos a ellos. Era como “el sendero de seguridad” de ahora”.

Ni Don Oscar, ni Doña Ofelia eran padres estrictos. La mama de Daniel era ama de casa, hacia las tareas del hogar y acompañaba y apoyaba en todo lo que podía. “Cocinaba muy rico. Su especialidad era la pascualina, las empanadas y las tortas para el té”.

Daniel ingreso a Bomberos Voluntarios a los 15 años y desde entonces mostro interés por los temas sociales. Junto a otros chicos genero el Grupo Unidad, que trabajaba en las villas de emergencias. “Comenzamos por Monte Lali, lo que hoy es el fondo de Villa Bote. Era un barrio muy humilde. Íbamos todos los fines de semana a trabajar ahí. Les conseguíamos medicamentos, útiles, ropas, queríamos erradicar a algunos y que tengan su casa propia. Lo logramos con una familia. Lo acompañamos a comprar un terrenito en Lambertuchi, a conseguir los materiales… éramos unos veinte y era fantástico”. Ya de grande Daniel seguiría colaborando con comedores infantiles, incluso ayudo a construir algunos, con la Asociación 16 de Agosto, por San Roque.

Don Oscar Roque en aquella época era corredor de comercios para el frigorífico Armur. “Estuvo más de veinte años, hasta que lo despidieron. Porque tenía 50 años y estaba pasado de edad (sonríe) Nos dijo: Hay que ajustarse el cinturón. Después consiguió otros corretajes. Era un vendedor nato. Hasta que unos amigos de San Miguel lo convencen de que ponga una inmobiliaria en Escobar. En estos días se cumplen 50 años que la abrió en calle Travi 777 donde ahora vive mi hermana y más tarde a la esquina de Colon y Travi donde ahora están los consultorios odontológicos.”

Daniel una vez egresado de la secundaria, hace 4 años de carrera de Ingeniería en la UBA. “Quería hacer Ingeniería civil en hidráulica. Me canse. No era para mí, no me apasionaba. Papa dijo sino estudias tenes que trabajar. Yo era bombero voluntario y socio de la Mutual, pedí un crédito y puse Cristóbal un negocio de discos. Después la mude a la terminal, puse una heladería al lado. Después la mude a Tapia de Cruz y después desemboque en los remates”… “Papa los hacía en la Avenida San Martin, yo en el 82 empecé a hacerlos en unos terrenos frente a Panamericana.  La verdad es que fue mi gran pasión. Lo que más me gusto en la vida. No dejaba buena plata, pero me gustaba eso de que todos los días cambiaran las cosas. Era apasionante. Un lugar ameno y convivía gente de todo el pueblo. Era una fiesta. Después lo deje y me dedique de lleno a la inmobiliaria.”

Quizá heredo de su padre el gusto por los remates, los negocios inmobiliarios, mudar los comercios en busca de mejores posibilidades, y hasta su dedicación a los trabajos sociales, pero ciertamente en la política las cosas parecen haber actuado a la inversa. “Yo empecé a militar en la Juventud Radical antes que mi viejo. Si bien era de origen radical, la afiliación efectiva se la hice yo. Él no tenía una militancia dentro del partido, pero varios amigos del pueblo lo hablan a papa para que sea candidato a Intendente porque era una persona conocida y tenía mucha trayectoria dentro de las entidades intermedias. Le dijeron con vos vamos a tener más votos y vamos a meter más concejales. Quedate tranquilo que no vas a ganar (ríe) En Escobar nunca había ganado el radicalismo”.

Daniel se casó con Gabriela  a los29 años y tuvo 2 hijos varones: Roque y Joaquín. “Tuve la suerte de no esperar para la continuidad del apellido. Rompí la racha. Mi abuela había tenido 14 hijos  y las 12 primeras fueron mujeres. Mi papa tuvo primero las dos mujeres y luego a mí. Yo no tuve que esperar tanto (rie). De Roque tenemos dos nietos, Lorenzo y Emilia, que es la más chiquita. Son fantásticos. Te dan fuerza para seguir luchando. Son la zanahoria de la vida (vuelve a reír). Llega un momento que uno se ve proyectado a través de los chicos. De una manera u otra tu vida se prolonga.”

Seguramente Don Oscar Roque Larghi habrá pensado lo mismo, y no se equivocó.

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