La familia de Antonela Osorio, víctima de femicidio, ha emitido un fuerte comunicado en el que expresa su rechazo y repudio hacia las declaraciones del presidente de la Nación, Javier Milei, realizadas en el Foro Económico Mundial en Davos. En su intervención, el mandatario cuestionó abiertamente la figura del femicidio y su inclusión como un delito específico en el Código Penal. Según la familia de Antonela, estas declaraciones reflejan un discurso de odio hacia las mujeres y las diversidades, además de demostrar un desprecio profundo por la vida de las mujeres en Argentina.
El femicidio como un acto de violencia extrema contra las mujeres, es la lucha por la tipificación del femicidio en el Código Penal argentino ha sido ardua y constante a lo largo de los años. Históricamente, los homicidios de mujeres perpetrados por hombres eran catalogados como «crímenes pasionales», con penas que, en muchos casos, no tomaban en cuenta el contexto de violencia de género y las condiciones de vulnerabilidad en que las mujeres se encontraban. Estos casos solían resultar en condenas cortas y con un caso de reconocimiento de la violencia.
Sin embargo, tras décadas de activismo y movilización de organizaciones feministas y derechos humanos, en 2012 se logró una gran victoria legal: la sanción de la Ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres. En 2014, esta ley fue complementada por la Ley 26.791, que desarrolló la tipificación del femicidio como un delito específico, reconociendo de manera explícita que los homicidios de mujeres por razones de género no podían ser considerados de la misma manera que los homicidios comunes.



Con el peligro de modificar las leyes, la familia de Antonela Osorio no sólo repudia las declaraciones de Milei, sino que también advierte sobre los riesgos de modificar las leyes que tipifican el femicidio. De acuerdo con su declaración, cualquier intento de alterar estas normas podría tener consecuencias devastadoras para los derechos de las mujeres y las diversidades. En particular, advierten que tal modificación podría abrir la puerta a la revocación de las condenas de los feminicidas y, aún más grave, la eliminación de derechos legalmente adquiridos, como el acompañamiento integral a los hijos huérfanos y la reparación económica para las víctimas. Esto provocaría el peligro de un retroceso en los avances legales en materia de violencia de género es real, alertan a los familiares de Antonela, quienes temen que estas reformas puedan marcar el inicio de una cadena de pérdidas de derechos que pondrían en riesgo no solo la justicia para las mujeres, sino también su protección frente a la violencia estructural que persiste en la sociedad.
La convocatoria a la manifestación
Frente a este escenario, la familia Osorio ha hecho un llamado a la sociedad argentina a unirse en defensa de las leyes que protegen a las mujeres y diversidades. Invitan a todas las personas a manifestarse el próximo sábado 1 de febrero en la Plaza de Mayo, en una jornada de unidad para rechazar los discursos de odio y para exigir la preservación de las leyes que garantizan la protección y el acompañamiento a las víctimas de femicidio. “No a los discursos de odio” es el lema que la familia promueve para visibilizar la lucha por la igualdad.
En este contexto, la familia de Antonela Osorio hace un fuerte énfasis en el hecho de que, si no existe la violencia de género y los femicidios, mujeres como Antonela, y tantas otras, seguirían vivas. “Si las leyes no se modifican, si las leyes de protección y justicia se mantienen firmes, muchas de nuestras hijas, hermanas, madres y vecinas podrían estar aquí con nosotros”, expresaron con contundencia.
La familia Osorio considera que defender la vida, es defender las leyes. En un momento crucial para la defensa de los derechos de las mujeres, la familia Osorio ha dejado claro que no van a permitir que se modifiquen o eliminen las leyes que han costado tanto esfuerzo para ser aprobadas. En su mensaje final, aseguran que lucharán hasta el final para que la memoria de Antonela Osorio y de todas las víctimas de femicidio no se pierdan en un discurso que minimiza la gravedad de la violencia de género.
El llamado a la acción es claro: «se necesita la unidad de toda la sociedad para evitar un retroceso en la lucha por la igualdad de género y la justicia para las mujeres. El sábado 1 de febrero, en Plaza de Mayo, se espera una manifestación masiva, en donde, más allá de la indignación, se alzará un grito de justicia y dignidad por todas las mujeres», sentenciaron.