TERMOELÉCTRICAS PILAR – ESCOBAR
Residen en los barrios linderos a las polémicas termoeléctricas de las empresas APR y Araucaria Energy y piden que intercedan las autoridades.
Los vecinos vuelven a alzar la voz ante los incesantes ruidos molestos que esas industrias generan. Denuncian que desde hace semanas deben convivir las 24 horas con ruidos similares a turbinas de aviones. “Esta situación es inhumana”, dijeron.
Se trata de habitantes que viven tanto en Villa Rosa (Pilar) como en Matheu (Escobar) y que en los últimos días vieron incrementado el deterioro de la calidad de vida debido a los altos decibeles que se detectan y que emanan de las turbinas de las plantas APR Energy y Araucaria Energy, emplazadas justo en el límite entre los dos distritos.
“El fin de semana, soportamos entre 63 y 73 decibeles (db), cuando los permitidos en la zona son durante la noche 35db más 7, y de 40 db más 7 durante el día”, se quejaron.
Según el testimonio de comerciantes y dueños de casas particulares la situación se empeoró desde el día 18 de junio. “Hay más de 5000 familias que no pueden vivir por el ruido de las termoeléctricas. Según las mediciones que realizaron, los decibeles a los que están expuestos superan ampliamente los permitidos” – dijeron desde una ONG que los nuclea.
En el marco del aislamiento social obligatorio las familias aseguran que al pasar todo el día dentro de sus hogares pudieron dimensionar lo elevado del ruido, que de manera permanente vuelve a la situación insostenible.
“Es imposible vivir encerrado y con este nivel de ruido. Esta situación genera aún más angustia, enojo, problemas de salud devenidos por el stress que provoca el escuchar turbinas de avión durante 24hs seguidas sin cesar”, explicaron desde la entidad.
En tanto, volvieron a pedir la intervención de las autoridades de ambos distritos. Esta no es la primera vez en este año que los vecinos denuncian a las firmas por ruidos molestos. Cabe recordar que, tal como informó este matutino oportunamente, en el mes de mayo el continuo reclamo de la población circundante provocó que el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) realizara mediciones para constatar si, en efecto, las plantas provocan contaminación sonora. En ese operativo también hubo análisis de aire y suelo. Sin embargo, hay que destacar que “sorpresivamente” una de las dos termoeléctricas dejó de funcionar justo cuando la medición se iba a realizar con todas las turbinas de ambas empresas encendidas a la vez. “La medición real fue un fracaso y desde entonces todo sigue igual”- dijeron los vecinos, a la vez que solicitaron que las autoridades de ambos distritos encuentren una solución para ellos.