FORTÍN MALVINAS – Por VGM Enrique Oscar Aguilar – El coronel Omar Giménez combatió en la durísima batalla de Monte Longdon. Volvió con 12 kilos menos y dice que “no se valoró el esfuerzo, que fue más allá del cumplimiento del deber”. Era oriundo de San Cristóbal, provincia de Santa Fe. Inició la carrera militar, egresando en 1958 del Colegio Militar de la Nación con el grado de subteniente de infantería. Pasó por todos los roles de combate, egresó de la Escuela Superior de Guerra como Oficial de Estado Mayor y una vez retirado, fue secretario de Seguridad de la provincia. Falleció el 24 de mayo de 2013.
A continuación, un reportaje publicado en 2012.
Pasaron 30 años, pero es asombroso ver cómo el coronel Omar Giménez tiene los recuerdos intactos de aquellas vivencias en Malvinas. Guarda mapas, los muestra y cuenta todo como si hubiese ocurrido ayer, como si el tiempo no se hubiera encargado, como suele ocurrir, de borrar absolutamente todo lo vivido. El coronel Giménez es muy claro en sus conceptos. Y se le nota la resignación y el dolor por lo irreparable: la muerte de aquellos que él llama “los verdaderos héroes” de esta historia.
Coronel Giménez
- Una de las primeras intuiciones que algo sucedería fue en enero o febrero de 1982, cuando se produjo un incidente con la Factoría en las Islas Georgias. Cuando se produce el desembarco del 2 de abril, por la operación Rosario, nos sorprendimos. Yo estaba en La Plata, era jefe del Regimiento Mecanizado 7 y el 14 de abril nos fuimos a Malvinas. Tengo el recuerdo de que me costó mucho llegar a mi puesto de combate por el terreno y el agua-nieve.
- El 17 de abril se me asignó el terreno de Wireless Ridge hacia Monte Longdon (12 kilómetros de frente por 2 o 3 de profundidad). El terreno era esponjoso, húmedo, teníamos ropa frágil y había escasa vegetación. Me di cuenta de que iba a ser muy difícil construir los pozos para defendernos, entonces hicimos refugios sobre el terreno, porque cuando cavabas aparecía el agua. El viento de noche y la llovizna marcaban la hostilidad del clima. Me di cuenta de lo difícil que iban a ser las comunicaciones, la colocación de las cocinas y la evacuación de los heridos. Los bombardeos navales eran tan constantes que se cortaban las líneas; no fue nada sencillo.
- Yo era militar de carrera e ir a Malvinas me llenó de orgullo, a pesar de que se trataba de una misión difícil. Sabía que estábamos por recuperar un terreno nuestro, pero la oportunidad no era la adecuada.
Continúa…
